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viernes, 23 de marzo de 2018

Conversos en la ciudad de Valencia, el censo inquisitorial de 1506

VALENCIA

Conferencia: "Conversos en la ciudad de Valencia, el censo inquisitorial de 1506"

amistad judeocristiana valenciaJosé María Cruselles impartirá en Valencia el próximo domingo, día 22 de mayo, una conferencia sobre “Conversos en la ciudad de Valencia: el censo inquisitorial de 1506”. José María Cruselles es profesor del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Valencia. La conferencia tendrá lugar a las 19 h. en el Salón “Bona Gent” (Cirilo Amorós 56, de Valencia). Está organizada por la Amistad Judeo-Cristiana de Valencia.
El censo de los conversos valencianos compuesto por la Inquisición valenciana entre 1505 y 1507, que se conserva actualmente en el Archivo Histórico Nacional, se inscribe dentro del esfuerzo que el Santo Oficio llevaba a cabo desde los últimos años del siglo XV por reorganizar la acción inquisitorial a fin de incrementar los procesos y los ingresos . Su finalidad era identificar y delimitar los márgenes del grupo perseguido, en un momento en que dicho grupo había sufrido importantes mutaciones respecto a los años 1480, fruto del paso del tiempo, de la acción inquisitorial y de las nuevas coyunturas políticas. Se trataba de actualizar la memoria administrativa del grupo converso perseguido desde 1482, que eran los descendientes de los judíos convertidos entre 1391-1416, completando la información recabada a través de los edictos de gracia y los procesos, cuando ya habían pasado casi 25 años desde el comienzo de la inquisición en Valencia. En la intervención se llevará a cabo una aproximación a las características de este peculiar documento, y se expondrán algunos de los resultados de la investigación desarrollada a partir de él.

Currículum de José María Cruselles

José Mª Cruselles Gómez es doctor en historia (1991) y profesor titular del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Valencia (1999). Su investigación gira en torno a la sociedad urbana valenciana de la baja Edad Media, y se ha concretado en diversas líneas:
- Los notarios de la ciudad de Valencia: comportamiento social e instituciones corporativas.
- Trayectorias sociales y estrategias familiares en los grupos medios urbanos.
- Instituciones escolares y enseñanza de las letras.
- Clientelas políticas y eclesiásticas de la familia Borja en Valencia e Italia.
- Los Judeoconversos y la Inquisición en el tránsito de los siglos XV-XVI.
Desde 1987 ha participado en los diversos Proyectos de Investigación dirigidos por el prof. Paulino Iradiel en el Departamento de Historia Medieval, y entre 2007 y 2015 ha dirigido cuatro proyectos de investigación relativos a la historia de la primera Inquisición y de los conversos valencianos en el siglo XV:
- Los judeoconversos valencianos a finales del siglo XV. Familia, redes de sociabilidad y comportamiento económico (GV/2007/071), financiado por la Generalitat Valenciana.
- Redes de sociabilidad judeoconversa y actuación inquisitorial en la Corona de Aragón en el siglo XV  (HAR2008-02650), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
- Inquisición y sociedades urbanas. Los tribunales de Valencia, Teruel y Cuenca entre los siglos XV-XVI (HAR2012-34444), fianciado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
- Minorias conversas a fines de la Edad Media, entre la integración social y el nacimiento de la Inquisicion Española (HAR2015-63510-P), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.

Libros:

-   Inventario de fondos notariales del Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia, Valencia: Generalitat Valenciana, 1990 (coautor).
-   Joan Lluís Vives, un valenciano universal, Valencia: Ajuntament de Valencia, 1993 (coautor).
-   L’Univers dels prohoms. Perfils socials a la València baix-medieval, València: Tres i Quatre, 1995 (coautor).
-   Escuela y sociedad en Valencia bajomedieval, Valencia: Diputación Provincial, 1997.
-   Els notaris de la ciutat de València. Activitat profesional i comportament social en la primera meitat del segle XV, Barcelona: Fundació Noguera, 1998.
-   El duc Joan de Borja a Gandia. Els comptes de la banca Spannochi (1488-1496), Gandia: CEIC Alfons el Vell, 2003 (coautor).
-   De València a Roma a través dels Borja. Congrés commemoratiu del 500 Aniversari de l'any jubilar d'Alexandre VI(València, 23-26 de Febrer de 2000), Valencia: Generalitat Valenciana, 2006 (coordinador).
-   En el primer siglo de la Inquisición española. Fuentes documentales, procedimientos de análisis, experiencias de investigación, Valencia: PUV, 2013 (coordinador).
-   Conversos de la ciudad de Valencia. El censo inquisitorial de 1506, Valencia: Alfons el Magnànim, 2015 (coautor).
Etiquetas: agenda

Referencia

    Valencia. (España). En la capital del Levante español había judíos desde época inmemorial

    Valencia. (España). En la capital del Levante español había judíos desde época inmemorial, pero su mayor afluencia tuvo lugar al producirse la decadencia del Califato de Córdoba. Cuando el Jaime I el Conquistador, rey de Aragón (1213 – 1276) estaba por conquistarla, aquéllos le prestaron su apoyo, y como recompensa el monarca aragonés los incluyó generosamente en el reparto de bienes. En su crónica Llibre dels Feyts, especifica los límites de la amplia aljama (se afirma que los judíos constituían entonces un 7% de la población), que se hallaba principalmente en donde hoy se encuentra el Palacio de Justicia y la avenida que conduce al río Turia. Las concesiones del monarca ayudaron a repoblar la ciudad con la llegada de numerosas familias judías procedentes de Cataluña, Aragón e incluso del norte de África y hasta Marsella, familias que recibieron casas y tierras y que contribuyeron al fortalecimiento del barrio judío. Se dedicaban sobre todo a la producción de calzado, orfebrería y al comercio de productos agrarios. Un barrio que con el tiempo se convirtió en centro aislado y totalmente desvinculado del entramado urbano y social de Valencia y que, al contrario de lo ocurrido en otras ciudades, desapareció completamente con las reformas urbanas realizadas a partir del siglo XV. Se sabe que los judíos vivieron tranquilamente hasta los terribles sucesos de 1391, cuando la aljama fue objeto de un asalto general provocado por los disturbios antijudíos de ese año en la mayor parte de España. Luego intervino el gran predicador fray Vicente de Ferrer, que hizo tanto para borrar la presencia judía en toda la península, y procedía de tierras valencianas. Es interesante citar el testimonio de un visitante extranjero, Niklaus ven Poppan, que al estar en esa capital en 1484, afirma categóricamente que la cuarta parte de la población valenciana estaba formada de conversos, y que un porcentaje insignificante podía ser considerado como sinceramente cristiano. No es de extrañar, por lo tanto, que la Inquisición hiciera estragos entre ellos. En 1500 se descubrió una sinagoga clandestina en el hogar de donya Catalina Guioret, viuda de un hermano del converso Lluis Vives, el padre del gran escritor valenciano Juan Luis Vives. Ni hablar que la citada mujer y su hijo fueron quemados vivos, desde luego por el terrible pecado de profesar la fe judía. La antigua Sinagoga mayor de la judería, se levantaba donde ahora se halla el convento de San Cristóbal. El perímetro que ocupaba el barrio judío era: Desde la puerta situada en la plaza de la Figuera corría el muro por la derecha de la calle de Avellanas y del Milagro hasta San Juan del Hospital, donde pasando por la pared exterior de esta iglesia salía al Trinquete de Caballeros ó introduciéndose en la Congregación iba á unirse con la puerta de la Exerea. Desde aquí seguía por la calle de la Cullereta, plaza de las Comedias y Universidad á la puerta de En Esplugues. Desde esta puerta continuaba por la calle Hospital de Pobres Estudiantes, Horno de las Ratas, plazuela del Patriarca, calle de Libreros, plaza de Villarasa, calle de Cardona y plaza y calle de Luís Vives hasta llegar á la plaza de la Figuera donde tenía su principal entrada. Los condenados por la Inquisición, eran ejecutados publica y notoriamente en los patíbulos de la Plaza del Mercado, frente a la Lonja, y después, antes de que apestaran, eran trasladados a la casita llamada Carraixet (origen de Tavernes Blanques), donde los colgaban de las horcas hasta que caian a trozos, se pudrían al raso o se los comían los animales de rapiña. Una vez al año los miembros de la Cofradia de los Desamparados recogían lo que quedaba por tierra para enterrarlo piedosamente. En esta ermita se venera a la Virgen de los Desamparados. Durante el dominio de los almorávides (1050 – 1147), familias judías de esta localidad se refugiaron en Catalunya. Cuanto Jaime I “el Conquistador”, incorpora a Valencia a sus tierras (1232 – 1245), existía en esta ciudad un barrio judío, situado en la zona oriental del Rabbat al-Qadi, donde ahora se levanta la iglesia de Santa Catalina, y en 1244 les fue dado a los judíos valencianos como lugar de residencia, confirmando en 1273 el monarca los límites de la judería y garantizando a los hebreos que no sería trasladada a otro lugar. Cuando fue asaltada en 1391, se produjo el asesinato de aproximadamente 230 personas, cuyo único delito era ser judíos, extinguiéndose con ese desastre la judería de esta ciudad. La iglesia de San Cristóbal, era antes del asalto a la judería en 1391, la “Sinagoga mayor”, en su interior contenía un patio y un jardín. El 26 de mayo  de 1394 y por privilegio real se autoriza la creación de un cementerio nuevo a la aljama judía de Valencia. Sobre su solar se levantó en 1491 el convento de las dominicas de Santa Catalina de Siena, derribado en 1970 para edificar allí unos grandes almacenes comerciales “El Corte Inglés”. En la confluencia de las calles Pintor Sorolla y Doctor Romagosa. En la portada de la Catedral existe un Maguén David. El 26 de octubre de 1378, el obispo de Valencia D. Jaime de Aragón, concede licencia para que en la casa de Harón Rubio, sita en la Judería, parroquia de San Andrés, lindando con casas de otros judíos y con la antigua muralla de la ciudad se instituyera una casa de oración (Sinagoga), que como otra ya existente, tuviera treinta palmos de ancha, otros tantos de altura y cuarenta de longitud, construyendo en ella las cámaras o departamentos necesarios, y dotándola de bancos y tribunas. El monarca Pedro IV, atendiendo a la humilde súplica de Esdra de Padre, alias de Medina, judío de Valencia, concede licencia el 12 de mayo de 1379, para que pueda construir en aquel lugar de la judería valenciana que a él pareciera más oportuno, una casa de oración (Sinagoga), El domingo día 9 de julio de 1391 se produjo la revuelta popular que acabó con la vida de muchos de los judíos que moraban en la aljama valenciana, y al día siguiente el obispo con el clero tomo la Sinagoga Mayor y la dedicó a la invocación de san Cristóbal, por ello y en su recuerdo en Valencia se celebra la fiesta de san Cristóbal dicho día diez de julio de cada año, en lugar del veinticinco que es lo estipulado. Existían además las Sinagogas Menor y la de Camalhecit. El 20 de diciembre de 1392, se donan por los reyes a Antonio de Vitaclara, una Sinagoga que pertenecía a Abrahim Marban y era Cofradía de Comlehecet y otra que pertenecía a Harón Rubio; y que ambas estaban en la parte de la judería llamada del portal de En Esplugues, en la parroquia de San Andrés. Los grandes almacenes El Corte Inglés, en el centro de la ciudad, se levanta dando fachadas al Parterre, a la calle de las Barcas y a la de Don Juan de Austria. Ese lugar estuvo ocupado anteriormente por el convento de madres dominicas, llamado de Santa Catalina de Siena, construido en 1492 sobre los terrenos que, hasta entonces, habían constituido el Fossar dels Jueus, el cementerio hebreo, adscrito a la judería que se extendía muy cerca de allí, al otro lado de la citada calle de las Barcas.

    Referencia



    EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL JUDAÍSMO VALENCIANO (VIII)




    Obtenido de: El rincón del vago



    CAPITULO III

    GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN DE LAS ALJAMAS JUDÍAS

    La aljama proviene del árabe llama que quiere decir asamblea, era el organismo jurídico que aglutinaba a los judíos.
    Las aljamas valencianas gozan de autonomía propia y dependen únicamente del rey.
    Las aljamas se rigen por privilegios, leyes y reglamentos. Están contenidos en la Biblia y el Talmud.
    El poder ejecutivo estaba en manos de los adelantados ( adelantats) y eran los equivalentes a los jurados cristianos. Su numero variaba según la importancia de la aljama.
    La aljama disponía de otros cargos elegidos por el Consell y los adelantats pero existía la intervención del rey en la elección. Otro de los cargos importantes era el de clavari que por orden de importancia era el tercero de la aljama y se encargaba de la función económica.
    La oligarquía que controlaba las aljamas intentaba mantener su estado de privilegio lo que propiciaba enfrentamientos internos por lo que el rey tenia que mediar para poner paz.
    Algunas familias judías obtenían la exención de pagos de tributos por lo que el resto de la aljama protestaba porque esto agravaba mas aun su hacienda.
    En 1300 Jaime II tuvo que mediar en las quejas de la aljama de Valencia que protestaba porque los ricos o grandes de la aljama cargaban los impuestos en las clases medias y pobres de la aljama.

    CAPITULO IV

    LOS JUDÍOS Y LOS PODERES PÚBLICOS

    1.Los judíos y la autoridad real

    Los judíos eran los “siervos del tesoro real”, por lo que era una garantía para la seguridad y derecho de los judíos, aunque no siempre la Corona supo estar a la altura de las circunstancias como fue lo acaecido a las juderías en 1391.
    Los judíos debían pagar unos tributos al rey y fijados por este.
    De estos impuesto disfrutaban el rey, la reina o el infante, y comprenden la pecha (peyta), o tributo personal, que abonaba en metálico cada vecino o cabeza de familia. La aljama disponía de autonomía para su reparto interno, La cena que al principio pudo pagarse en especie, se abonaba también en dinero. Reside la denominación de presencia, si la corte reside en la ciudad, o de ausencia si la familia real no se detiene. Su fin era abastecer la mesa real y la de su comitiva.
    A esto hay que añadir el “dret de protecció” que las aljamas pagan al rey en Semana Santa para que intervenga en las violencias contra ellos.
    A veces el rey eximia a titulo personal el pago de impuestos y también a aljamas enteras en momentos de crisis como guerras, epidemias, etc...
    También se eximia del pago a los repobladores de territorios conquistados por la Corona.
    El rey también podía pedir subsidios extraordinarios a los judíos, cristianos y moros. Los subsidios se gastaban en guerras, bodas, viajes, etc. ya en el ultimo tercio del siglo XIV se restringieron mas los subsidios y normalmente no superaban el centenar de sueldos.
    El baile general estaba dotado para conceder a los judíos salvoconductos, para llevar armas, para tener una segunda esposa, divergencias en el reparto de una herencia...y sobre todo el de mediar en temas jurídicos como eran los criminales y los relativos a los abusos cometidos sobre ellos en general...
    Los judíos trabajaron como traductores de árabe para la Corona y de médicos.
    Pero su labor mas destacada era la de arrendatario y prestamista, de aquí su visión estereotipada.
    Los judíos que por sus servicios prestados al rey se enriquecieron y obtuvieron influencia eran repudiados por los propios judíos ya que se apartaban de las practicas judaicas y también eran repudiados por los cristianos por su enriquecimiento por la Corona.

    2.      Las relaciones con las autoridades municipales.

    Los ayuntamientos podían redactar cartas para beneficiar a algún vecino judío o también podía hacer lo contrario.
    Algunas veces los municipios intentaban que los judíos contribuyeran con sus impuestos por lo que los judíos se quejaban ante el rey ya que estos solo estaban obligados a pegar las pechas reales.

    3.      Las relaciones con las Cortes del Reino

    Los judíos no tenían representación en las Cortes.
    También hay una preocupación en las Cortes sobre las continuas humillaciones que recibían los judíos lo cual manifestaban sus quejas. Sin olvidar una amplia gama de medidas segregacionistas para separa la población cristiana de los judíos, para evitar el contacto entre ambas poblaciones y que los judíos recuerden siempre su inferioridad. Las Cortes también pidieron que los judíos no superaran los limites establecidos en las antiguas juderías.



    Las Cortes no fueron especialmente virulentos con el “problema judío”. Simplemente fue el marco donde se mediaban muchas veces las disputas entre ambas comunidades.

    ´Los judíos vienen a España para huir del judaísmo´


    Alba Toscano, Presidenta de la comunidad judía La Javurá de Valencia


    "Casi todas las sinagogas empiezan en la casa de alguien", dice Toscano

    27.01.2014 | 01:19
    Ha sido la fundadora de una sinagoga en el piso en el que vive, rodeada de numerosos gatos. Allí se reúne en un cuarto de 12 metros cuadrados con sus adeptos e interactúan con otros fieles por «skype».
    La presidenta de la sinagoga reconstruccionista La Javurá de Valencia, Alba Toscano, invita quitarse los zapatos para entrar en su centro de culto, que es una habitación de no más de 12 metros, donde tiene una Sefer Torá valorada en 21.000 euros y una biblioteca llena de libros en hebreo. La sinagoga cuenta actualmente con 56 miembros fijos, pero no todos ellos son judíos.
    ¿Cómo se le ocurrió fundar una sinagoga en su propio piso?
    Casi todas las sinagogas del mundo empiezan en la casa de alguien. Luego, cuando tienes suficientes miembros, es cuando puedes alquilar un piso o una planta baja. Además una sinagoga no son solo cuatro paredes, sino la gente que hay dentro de ella, o como decimos en hebreo beit kneset (casa de reunión). Las personas se reúnen, deciden que quieren fundar una sinagoga y listo. Estamos registrados formalmente como asociación. Cada uno de los miembros dona una cuota fija para que podamos comprar libros y organizar actividades. Todo eso involucra que la gente continúe viniendo año tras año de forma permanente.
    ¿Cómo consiguió adeptos?
    La gente encuentra La Javurá por internet. Me llaman y me dicen que quieren acercarse. Por lo general los judíos no vienen a España para acercarse al judaísmo sino, en muchos casos, vienen para huir de ello. Sin embargo, cuando fallece un pariente o tienen hijos se paran a pensar y buscan a otros para compartir las tristezas y las alegrías conforme a sus tradiciones. También hay muchos que sienten inquietudes espirituales y quieren explorar el judaísmo, por lo que se apuntan a un curso de hebreo o de introducción al judaísmo.
    ¿Cuántos judíos hay en Valencia?
    Por mi experiencia de 17 años estimo que los judíos que viven en Valencia capital de forma permanente y que dicen que se han criado como judíos son aproximadamente 150. Sin embargo, no tengo mucha confianza en esa cifra.„Se calcula que hay unos 500 judíos en Valencia capital y unos 4.000 en la Comunitat Valenciana„.
    ¿Qué hacen en las reuniones de La Javurá?
    Ofrecemos muchas actividades. Por ejemplo, el viernes por la noche lo dedicamos a la comunidad para idear actividades e intentar mejorar el mundo. Leemos libros, debatimos y cantamos. Además leemos una porción de la Torá que, mientras nos tomamos un piscolabis, comentamos. Aquí también tenemos personas conectadas por Skype que participan y algunos seguidores que también nos ven a través de Ustream desde Alemania, Canadá, Inglaterra, Francia y desde todas partes de España.
    ¿Qué importancia tuvieron las juderías de Valencia?
    Las juderías de Valencia estaban ubicadas en la calle del Mar y de la Paz. Invitados a mudarse por el Rey Jaime I a Valencia para mejorar la situación económica, vinieron muchos judíos que se dedicaban a la importación y a la exportación.
    ¿Con qué ojos cree que los españoles ven a los judíos?
    Los españoles están demasiado cómodos con el estereotipo del judío medieval y les incomoda la realidad contemporánea del judaismo. Cuando ven que en la actualidad hay diferentes ramas del judaísmo y que existen mujeres rabinas, difícilmente les entra en la cabeza.
    ¿Circuncisión en la España del siglo XXI. ¿Obligatoria u opcional para los varones judíos?
    Obligatoria. Con la circuncisión, entre otras cosas, se tienen menos incidencias de cáncer de pene y elimina la posibilidad de padecer fimosis. Filosóficamente, es un vínculo entre el niño y la comunidad para cuidar, criar y preocuparse por su salud física y espiritual tanto en la infancia como en la vejez.
    ¿No es mejor esperar a la mayoría de edad para elegir?
    No, los padres tienen que ser los responsables de educar y formar a sus hijos. Tienen que darles un punto de referencia, y todas las herramientas espirituales necesarias para su vida y la de su prójimo.
    ¿Cuál es su postura sobre el aborto?
    Los judíos que aceptan el aborto, consideran que está permitido antes de las 12 semanas de gestación. Aunque evidentemente nadie lo va a festejar.
    Referencia

    El calvario valenciano de los judíos

    Acoso y expulsión medieval


    El gran interés de los sefardíes por acceder a la nacionalidad española choca con la persecución que sufrió la minoría hebrea en el Reino de Valencia

    22.02.2014 | 14:13
    Calle en la que se encontraba una de las tres sinagogas de la antigua judería
    Calle en la que se encontraba una de las tres sinagogas de la antigua judería 
    Ese judío que anda por la calle con un distintivo en la ropa so pena de castigo y que se ha acostumbrado a las persecuciones violentas, alentadas o amparadas por los resortes del poder, no habita en la Alemania nazi.
    Ese pobre hebreo que arrastra los pies temiendo siempre que lo peor esté a la vuelta de la esquina, que ha convivido con múltiples prohibiciones y discriminaciones en su vida diaria „desde la profesión que podía ejercer hasta el sitio en el que podía vivir„ y que pronto será deportado de su tierra con las simbólicas llaves de casa guardadas en el bolsillo, no vive bajo el Tercer Reich de Adolf Hitler.
    La imagen es más lejana en el tiempo, pero mucho más próxima en el espacio. Tan próxima que remueve la mala conciencia histórica.
    Porque ese discípulo de Yahvé es un valenciano de entre los siglos XIV y XV que mora en el nuevo reino cristiano fundado por Jaume I y cuya memoria desaparecerá en la Valencia del futuro. Esa misma Valencia que ahora ve como los sefardíes „los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492„ han respondido esta semana con extraordinario interés al anteproyecto de ley del Gobierno que pretende modificar el Código Civil para conceder la nacionalidad española a los descendientes de los hebreos expulsados en 1492.
    Lo cierto es que en ese territorio que surcaba el judío errante del principio, la memoria hebrea ha quedado prácticamente borrada. «Solo se conserva la judería de Sagunt, el callejón en Sant Matéu y el hipotético barrio de Chelva. Del resto de juderías ni un solo resto. Es más, en la mayoría de los casos ni se sabe dónde estaban», lamenta José Hinojosa en su completo libro Judíos y juderías en el Reino de Valencia. Pero la huella hebrea sí ha quedado en la Historia.
    Se cree que los judíos llegaron al Este de la península Ibérica tras la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70. Comerciantes y artesanos, los judíos de época romana se asentaron en Sagunt, Elx y quizás Orihuela. Bajo la dominación musulmana de Sharq Al-Andalus „nombre árabe del actual territorio valenciano„ los hebreos tenían una presencia residual en Valencia, Sagunt o Xàtiva. Y en vísperas de la entrada de Jaume I en Valencia en el año 1238, la capital contaba con 162 familias judías, según cifras del arabista E. Ashtor. No obstante, fue con la cristianización del territorio del siglo XIII cuando se conformó el judaísmo valenciano.
    Llegaron repobladores judíos de Aragón, Cataluña, Castilla, el sur de Francia y tal vez del norte de África. ¿Por qué? «Jaume I „responde José Hinojosa„ necesitaba banqueros, mercaderes, buenos artesanos y profesionales de la medicina, intérpretes judíos, por lo que alentó la inmigración concediéndoles una amplísima gama de privilegios y normas». Empezaba así una breve pero intensa «edad de oro del judaísmo», libres de acoso y violencia, en tierras valencianas.
    Siempre se movieron en cifras humildes, pues nunca hubo más de 5.000 o 6.000 judíos en el Reino de Valencia „casi como en la actualidad„ en una población total estimada entonces en unas 250.000 personas. Hubo hasta 34 juderías de relevancia: de Morella a Orihuela y de Ademuz a Dénia, con Sagunt, Valencia y Xàtiva como capitales.
    La convivencia nunca fue fácil. Estrella Israel, autora de La Valencia judía junto a Marilda Azulay, subraya que «los Furs establecían, con carácter general, que los judíos no podían vivir fuera de la clausura y límites de la judería», ni tampoco habitar de paso en casas de cristianos o conversos. También fueron promulgadas leyes que obligaban a los judíos a llevar distintivos para ser reconocidos, porque a diferencia de los musulmanes su aspecto físico no los identificaba. Desde el siglo XIII se usaron distintivos en forma de rueda o círculo, del tamaño de un palmo, de colores amarillo y rojo. Concretamente, dictan los Furs que los judíos «deben ir señalados, llevando en el pecho una rueda, media roja y media amarilla, de un palmo, bajo pena de 100 azotes y 50 morab», como recogen Azulay e Israel.
    Ahora bien: el primer punto de inflexión llegó en 1282 tras la conquista de Sicilia y la posterior guerra con Francia de la Corona de Aragón. Los nobles presionaron al rey, temerosos del poder creciente de la minoría judía sobre la Corona, y Pere el Gran „hijo de Jaume I„ tuvo que ceder con el Privilegium Magnum del 1 de diciembre de 1283 en las Cortes Generales, que decía así. «Establecemos y ordenamos que ningún judío sea bayle [alcalde] ni tenga baylía ni curia ni pueda ser colector de las rentas en Valencia ni en otro lugar del reino, ni tenga oficio público que tenga jurisdicción sobre cristiano».
    Otras disposiciones les obligaban a llevar capas redondas cuando estuvieran fuera de la judería de Valencia para ser fácilmente identificados. Incluso había órdenes explícitas para impedir que los judíos fueran lapidados en Viernes Santo, el día de la Pasión y en las fiestas de Pascua. Tanto es así que en Xàtiva, por ejemplo, esos días los judíos eran custodiados en sus casas por las fuerzas del orden para evitar ataques cristianos o incluso se arremolinaban en el castillo de la ciudad para evitar ataques en masa.
    Tras los 45 años inciales de pax judeocristiana, se inició un siglo de conflicto que desembocaría en la expulsión final de 1492. Pero un siglo antes, en 1391, ocurrió un terrorífico prólogo bajo el eslogan amedrentador de «Muyren los dits juheus o´s facen christians».
    Corría el 9 de julio de aquel año y, al socaire de los ataques iniciados en Écija, un grupo de exaltados tomó la judería de Valencia. Asesinaron a 200 judíos y bautizaron por la fuerza al resto, rabino incluido. «La aljama de Valencia „de unos 3.000 habitantes„ dejó de existir para siempre después de aquel disturbio», explica el medievalista Antoni Furió en Història del País Valencià.
    Pero ahí no acabó todo. Se había iniciado el efecto dominó tan común en los brotes racistas. Como recoge Furió, «los hechos de la capital no tardarían en reproducirse por todo el país: al día siguiente, a mediodía, era asaltada la judería de Alzira y, pocas horas después, la de Xàtiva, seguida al cabo de unos días por las de Borriana, Morella y Sant Mateu. En otras juderías, como las de Castelló, Vila-real, Gandia, Alicante, Elx y Orihuela, no hubo violencia física, pero sus habitantes se vieron obligados igualmente a convertirse en masa o a huir. La única que se salvó del desastre fue la de Morvedre [Sagunt], que acogió los refugiados de otras aljamas y que se eregiría en el principal núcleo hebreo del país durante el siglo XV».
    El clima era cada vez más irrespirable para la estrella de David. A un rey antijudío „Fernando I„ le seguían dos más clementes „Alfons V el Magnànim y Juan II„, pero los detalles ya apenas importaban. El empobrecimiento de las aljamas judías valencianas, iniciado con la decadencia socioeconómica que marcarían los progromos de 1391 y las obligadas conversiones forzosas que aquella persecución provocó, ya era un hecho irreversible.
    Tanto es así que en 1492, año del decreto de expulsión, el reino de las 34 juderías había quedado reducido a solo dos ciudades con comunidad hebrea destacada: Xàtiva y, sobre todo, Sagunt. Así se produjo la salida final. Los contratos de embarque que firmaron los judíos para abandonar el Reino de Valencia rumbo a Italia o el norte de África „rescatados por José Hinojosa„ permiten cifrar en 248 los judíos de Xàtiva y en unos 700 los de Sagunt, más otros pocos de Castelló, Orihuela y alguna otra localidad. En total, apenas un millar frente a los 100.000 judíos que salieron de toda España. Aquí solo quedaron los conversos a la fuerza. Las llamadas, con despecho, rates de faraó.
    Referencia

    Noticias relacionadas

    LOS JUDÍOS EN EL REINO DE VALENCIA.

     TESTIGOS DE UNA HISTORIA SECULAR 

    José Hinojosa Montalvo 

    Universidad de Alicante


    Enlace al documento en pdf

    https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/11590/1/Historia_Medieval_15_01.pdf