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miércoles, 19 de noviembre de 2014

A plena luz del día

Haazinu(Deuteronomio 32)


Otro año, otro ciclo, y estamos a punto de terminar nuevamente los cinco libros de Moisés. Al final de la parashá de esta semana Dios le dice a Moisés que suba a la montaña donde va a morir, "B'etzem Hayom Ha'zé", al mediodía (Deuteronomio 32:48).
Rashi, el mayor comentarista de la Torá, señala tres de las ocasiones en que esta frase – "B'etzem Hayom Ha'zé" – aparece en la Torá:
A- Noé pasó 120 años construyendo su arca. El Midrash dice que Dios quería que Noé utilizara este tiempo para involucrar a la gente en debates acerca de cómo el cambiar sus estilos de vida podría evitar la catástrofe que se aproximaba.
Por desgracia, durante 120 años, nadie escuchó, e hicieron caso omiso de las fatales predicciones de Noé... hasta que la lluvia comenzó a caer. Ellos retrasaron, pospusieron, y se negaron a prestar atención a las señales de advertencia.
Y ahora con la lluvia cayendo, ya era demasiado tarde. En aquel momento es cuando la gente se despertó y entendieron la realidad de lo que estaba a punto de suceder. Ellos entraron en pánico, y amenazaron con destruir el arca de Noé para impedir que él entrara.
En este punto, Dios aparece en la escena y dice: "Voy a ingresar a Noé en el arca. No escabulléndose en la oscuridad de la noche, sino que a plena luz del día – "B'etzem Hayom Ha'zé". (Génesis 7:13).
B- Una escena similar se repite en el Éxodo de Egipto. A pesar de un año de horribles plagas e interminables súplicas de Moisés, el Faraón se niega a permitir que los judíos salgan en libertad... hasta la última plaga, cuando un angustiado y abatido Faraón corre por las calles a medianoche suplicándole a los judíos que se retiren inmediatamente (Éxodo 12:31).
¿Cual es la respuesta de Dios? El Faraón ya tuvo su oportunidad. Los judíos reciben instrucciones de permanecer dentro de sus casas durante toda la noche. Ellos no van a escabullirse como ladrones. Por el contrario, ellos saldrán de Egipto a plena luz del día – "B'etzem Hayom Ha'zé" (Éxodo 12:41).
C- El tercer ejemplo que enumera Rashi es en la parashá de esta semana, en donde Moisés se enfrenta a su muerte inminente. "¡No vamos a permitir que Moisés nos deje!" clamó el pueblo. "¡Vamos a detenerlo para que no ascienda a la montaña!".
Pero, ¿por qué los judíos desean evitar a toda costa la muerte de Moisés? La respuesta es que ellos no pueden soportar separarse de su amado líder, que los sacó de Egipto, dividió el mar, extrajo agua de una roca, y lo que es más importante, les enseñó Torá.
¡Imagínate eso! Durante 40 años en el desierto, los judíos no hicieron nada más que quejarse ante Moisés. ¡Ahora de repente todos cambiaron de opinión!
Pero la suerte ya estaba echada. Dios dice: "Moisés subirá a la montaña a mediodía, a plena luz del día, para que todos entiendan que no hay nada que detenga la voluntad de Dios".
* * *
Contabilidad Espiritual
Estos tres eventos reflejan un desafortunado patrón de la naturaleza humana. Somos renuentes a tomar medidas hasta que ya es demasiado tarde. No comenzamos la dieta y el ejercicio hasta después del ataque al corazón. No consideramos consejería matrimonial hasta que la ruptura es inminente. No intentamos hablar con nuestros hijos hasta que ya se han ido lejos...
Barremos y ocultamos el problema debajo de la alfombra, con la esperanza de que desaparezca por sí solo. Pero como un cáncer en una radiografía, el problema inevitablemente crece cada vez más y más... hasta que ya es demasiado tarde.
Entonces, ¿cuál es el remedio?
La tradición judía habla de la necesidad de hacer un Jeshvón – una contabilidad espiritual de ganancias y pérdidas. Al igual que una empresa mantiene un registro de los balances, así mismo una persona también necesita un sistema regular para evaluar en donde está parada.
Piensa en el poder que aporta un sistema de este tipo ¡cuando es aplicado a las relaciones interpersonales, a la carrera laboral, y a la espiritualidad! Con un monitoreo constante, es probable que puedas ver como se van desarrollando las dificultades potenciales, y de esta manera podrás lidiar con ellas antes de que se transformen en un gran problema.
Un Jeshvón no sólo nos resguarda de los errores, sino que también nos hace aumentar nuestra productividad en áreas en las que ya destacamos.
Aquí están los cuatro pasos sencillos de un Jeshvón:
1)Piensa acerca de: "¿Cómo quiero que sea mi vida de aquí a un año más?".
2)Comprométete a alcanzar el objetivo durante este año.
3)Formula un plan acerca de cómo lograrlo.
4)Pídele al Todopoderoso que te ayude a hacerlo.
* * *
Un Paso a la Vez
Sin embargo, tú podrías argumentar que todos comenzamos con buenas intenciones, sin embargo casi nunca alcanzamos nuestros objetivos. ¿Por qué el "Jeshvón" es diferente?
La clave es desarrollar una serie de objetivos realistas a corto plazo, que puedan ser monitoreados diariamente. Al igual que los marcadores de kilómetros en la carretera, una meta a corto plazo es un paso adelante hacia el objetivo a largo plazo.
Un obstáculo importante para el crecimiento es la sensación de estar desbordado por la magnitud de la tarea. Si un objetivo es demasiado elevado e inalcanzable, inevitablemente, no estaremos a la altura del desafío y nos desilusionaremos.
Sin embargo, el enfoque judío es diferente. En el famoso sueño de Iaacov, Dios le muestra una visión de una escalera que llega hasta el cielo. El crecimiento, así como el acto de subir una escalera, ambos deben ser un paso a la vez, a través de pequeños objetivos, que van aumentando poco a poco.
Para lograr que el plan sea infalible, haz que tu objetivo inicial sea algo que sabes que está a tu alcance. Saborear el éxito reforzará tu confianza y tu determinación, y así podrás utilizar esta energía para luchar por metas más altas.
Determina cual es el "primer paso" hacia tu objetivo a largo plazo, y esto, por el momento, se convierte en tu meta provisional a corto plazo. Después de alcanzar esta meta, continúa con el "paso número dos" de la meta a largo plazo, que se convertirá ahora en la nueva meta provisional a corto plazo.
Recuerda, el viaje más largo comienza solamente con un pequeño paso. Y puesto que no podemos predecir las variables del futuro, todo lo que podemos hacer es seguir avanzando. Un paso a la vez.
El hecho de que tal vez nunca alcanzaremos la meta a largo plazo no debe ser nuestra preocupación principal. El objetivo a largo plazo puede ser "la perfección", y hay probabilidades de que no sea alcanzable. Pero todavía podemos intentarlo. Porque eso es todo lo que debemos hacer, eso es lo que se espera de nosotros.
* * *
Monitoreando el Sistema
Otro elemento clave es implementar un sistema para supervisar el progreso.
Todas las noches antes de ir a la cama, revisa los eventos del día, y evalúa si tuviste ganancias o perdiste. A continuación, haz un plan para que el día siguiente sea más productivo.
Pregúntate:
¿Qué he logrado hoy?
¿Logré lo que pretendía?
¿Cómo voy a mejorar mañana?
¿Cuáles son mis puntos fuertes y mis puntos débiles?
¿Cuál es mi ganancia? ¿Cuál es mi pérdida?
¿Hasta qué punto he avanzado hacia mi meta de largo plazo?
¿Qué me está impidiendo crecer cada vez más?
Se necesita disciplina para hacer estas preguntas, día tras día. El mejor método es dejar de lado 10 minutos de "tiempo sagrado", donde no podrás ser perturbado por el teléfono, por el correo electrónico o el buscapersonas. Encuentra una habitación y cierra la puerta. Y si es necesario, ponte tapones para los oídos.
Durante 10 minutos al día, quédate solo contigo mismo, para pensar, reflexionar, evaluar y planificar.
* * *
Día de Expiación
Mientras que Rashi cita tres ejemplos de "B'etzem Hayom Ha'zé", la Torá emplea la misma frase en referencia a Iom Kipur (Levítico 23:29).
¿Cuál es la conexión? La respuesta es la siguiente, en Iom Kipur, el juicio de cada judío es sellado para el próximo año. Sin embargo, ¿estamos preparados, o lo hemos pospuesto? ¿Estamos siquiera interesados en experimentar el poder de limpieza de la expiación?
En Iom Kipur, la voluntad de Dios prevalece y nos vemos enfrentados a la realidad, nos guste o no.
Esto ayuda a explicar una anomalía codificada por Maimónides. En determinadas circunstancias, cuando alguien está eludiendo su obligación, la corte lo obliga a asumir su responsabilidad hasta que él dice: "Sí, deseo hacer esto voluntariamente".
¿No es esto una contradicción, forzarlo a que lo haga voluntariamente?
En realidad, todo el mundo quiere hacer lo correcto. Queremos cambiar. Queremos crecer. Sólo que a veces nos deben obligar a aceptarlo... mientras nosotros pataleamos y gritamos.
En Iom Kipur, Dios retira la máscara y nos vemos a nosotros mismos de la manera más real. No hay alimentos. No hay zapatos. Sólo un alma y su Creador. La cruda realidad de nuestras vidas... colgando en la balanza... a plena luz del día... "B'etzem Hayom Ha'zé".
¿Suena tenebroso? No tiene que ser así. La solución es simple. Hacer unJeshvón. Determina dónde están tus ganancias, y dónde tus pérdidas. A continuación, haz un plan para el próximo año.
Con la ayuda del Todopoderoso, ¡lo conseguiremos!


El Factor Disculpa

Vaiélej(Deuteronomio 31)


(Continuación del tema de la semana pasada...)
Hace algunos años aprendí una valiosa lección acerca de las disculpas. Yo estaba sentado en un salón de clases y ya habían pasado unos minutos de la hora programada para que ésta comenzara. Estábamos esperando que el profesor llegara, y de pronto, cuando uno de mis compañeros entró al salón, le di una cálida y cordial bienvenida: "¡Hola Alan!".
Después que la clase terminó, Alan se acercó hasta mí y me dijo: "¡Estaba tan enojado contigo que quería pegarte!".
"¿De qué estás hablando?", le pregunté.
Alan me explicó. Cuando entró al salón y yo lo saludé en voz alta, él pensó que yo estaba tratando de llamar la atención de todos para que notaran su atraso.
Por supuesto que esa no era mi intención en lo absoluto, y la única razón por la que mi "hola" molestó a Alan ¡fue porque él era consciente de su propio retraso!
Pero luego me di cuenta: No importa si estoy en lo correcto o si mi insulto fue intencional o no. Lo cierto es que herí los sentimientos de alguien. Y por esa razón tengo que pedir disculpas.
* * *
La Mecánica de la Disculpa
La próxima vez que alguien te haga daño y que luego te pida disculpas, fíjate cómo lo hace. Hay dos enfoques que la gente utiliza. Lo que yo llamo la "disculpa sincera", y la "disculpa egoísta".
El enfoque sincero es corto y amable, y suena así:
"Siento haberte lastimado. En el futuro me preocuparé de que no vuelva a suceder".
Limpio, directo, sin excusas. Si alguien te hubiera herido, ¿no te sentirías mejor después de recibir una disculpa como esta?
Luego viene la "disculpa egoísta". Que es algo así:
"Te pido disculpas. Pero no lo hice a propósito. Tuve un día muy duro y no me di cuenta de lo que estaba haciendo. Igual, de todos modos, no deberías ser tan sensible".
Esta persona ha verbalizado una "disculpa", pero es una disculpa vacía ya que no hay arrepentimiento. La verdad es que la persona siente que no es su culpa y que en realidad no hizo nada malo.
Este tipo de disculpa no sólo no apacigua a la persona que resultó herida, sino que en realidad empeora las cosas. ¿Por qué? Debido a que esta "disculpa" está en efecto diciendo:
"El hecho de que mis acciones te hayan herido no es realmente mi problema. Y como no me arrepiento de mis acciones, no voy a hacer un esfuerzo por cambiar. Por lo tanto, si una circunstancia similar ocurre en el futuro, voy a actuar de la misma manera, ¡lastimándote nuevamente!".
Lo que viene disfrazado de "disculpa" en realidad se convierte en un gran insulto.
* * *
El Efecto Positivo de la Disculpa
Pedir disculpas puede ser una experiencia difícil y humillante. Es posible que nos sintamos vulnerables, bajos.
Pero no tiene que ser de esta manera...
Imagina que tu chaqueta se mancha. Por supuesto que debes llevarla a la tintorería. Pero, ¿te sientes deprimido cuando tu ropa está manchada? ¡Por supuesto que no!, tú sabes que una mancha no es algo permanente en el tejido.
El judaísmo dice que es lo mismo cuando cometemos un error. Nuestra alma es la prenda que se mancha. Y tenemos que limpiarla. ¡Pero cometer un error no significa que soy inherentemente una mala persona! De hecho, el Talmud (Yevamot 79) dice que el sentimiento de vergüenza es esencial para la naturaleza de un judío.
Una distinción debe hacerse entre culpabilidad "insalubre" y culpabilidad "saludable". Culpabilidad insalubre es cuando uno se siente como una mala persona. Culpabilidad saludable es cuando uno mantiene en mente que es una buena persona, y al mismo tiempo reconoce que ha juzgado equivocadamente y que ha cometido un error.
Recuerda una ocasión en la que te hayas disculpado. ¿Cómo te sentiste después? ¡Limpio! Sacarlo afuera es una liberación expansiva, catártica, liberadora. Limpiamos la mancha y recapturamos esa pureza perdida. Rectificamos los errores del pasado y avanzamos.
* * *
Una Sensación en el Aire
La parashá de esta semana comienza así: "Ustedes están todos hoy aquí de pie ante Dios" (Deuteronomio 29:9). Alegóricamente, esto se refiere a Rosh Hashaná, el día en que todo judío está de pie ante el Todopoderoso y hace una introspección para ver realmente quién es.
Esta es la época del año para comprometernos a corregir nuestros errores. Dios está cerca en este momento, y como dice el verso en la parashá de esta semana: "Dios eliminará las barreras de sus corazones" (Deuteronomio 30:6).

Hay una sensación en el aire. ¡Vamos a utilizarla!

El factor disculpa

Nitzavim(Deuteronomio 29:9-30:20)


(Continuación del tema de la semana pasada...)
Hace algunos años aprendí una valiosa lección acerca de las disculpas. Yo estaba sentado en un salón de clases y ya habían pasado unos minutos de la hora programada para que ésta comenzara. Estábamos esperando que el profesor llegara, y de pronto, cuando uno de mis compañeros entró al salón, le di una cálida y cordial bienvenida: "¡Hola Alan!".
Después que la clase terminó, Alan se acercó hasta mí y me dijo: "¡Estaba tan enojado contigo que quería pegarte!".
"¿De qué estás hablando?", le pregunté.
Alan me explicó. Cuando entró al salón y yo lo saludé en voz alta, él pensó que yo estaba tratando de llamar la atención de todos para que notaran su atraso.
Por supuesto que esa no era mi intención en lo absoluto, y la única razón por la que mi "hola" molestó a Alan ¡fue porque él era consciente de su propio retraso!
Pero luego me di cuenta: No importa si estoy en lo correcto o si mi insulto fue intencional o no. Lo cierto es que herí los sentimientos de alguien. Y por esa razón tengo que pedir disculpas.
* * *
La Mecánica de la Disculpa
La próxima vez que alguien te haga daño y que luego te pida disculpas, fíjate cómo lo hace. Hay dos enfoques que la gente utiliza. Lo que yo llamo la "disculpa sincera", y la "disculpa egoísta".
El enfoque sincero es corto y amable, y suena así:
"Siento haberte lastimado. En el futuro me preocuparé de que no vuelva a suceder".
Limpio, directo, sin excusas. Si alguien te hubiera herido, ¿no te sentirías mejor después de recibir una disculpa como esta?
Luego viene la "disculpa egoísta". Que es algo así:
"Te pido disculpas. Pero no lo hice a propósito. Tuve un día muy duro y no me di cuenta de lo que estaba haciendo. Igual, de todos modos, no deberías ser tan sensible".
Esta persona ha verbalizado una "disculpa", pero es una disculpa vacía ya que no hay arrepentimiento. La verdad es que la persona siente que no es su culpa y que en realidad no hizo nada malo.
Este tipo de disculpa no sólo no apacigua a la persona que resultó herida, sino que en realidad empeora las cosas. ¿Por qué? Debido a que esta "disculpa" está en efecto diciendo:
"El hecho de que mis acciones te hayan herido no es realmente mi problema. Y como no me arrepiento de mis acciones, no voy a hacer un esfuerzo por cambiar. Por lo tanto, si una circunstancia similar ocurre en el futuro, voy a actuar de la misma manera, ¡lastimándote nuevamente!".
Lo que viene disfrazado de "disculpa" en realidad se convierte en un gran insulto.
* * *
El Efecto Positivo de la Disculpa
Pedir disculpas puede ser una experiencia difícil y humillante. Es posible que nos sintamos vulnerables, bajos.
Pero no tiene que ser de esta manera...
Imagina que tu chaqueta se mancha. Por supuesto que debes llevarla a la tintorería. Pero, ¿te sientes deprimido cuando tu ropa está manchada? ¡Por supuesto que no!, tú sabes que una mancha no es algo permanente en el tejido.
El judaísmo dice que es lo mismo cuando cometemos un error. Nuestra alma es la prenda que se mancha. Y tenemos que limpiarla. ¡Pero cometer un error no significa que soy inherentemente una mala persona! De hecho, el Talmud (Yevamot 79) dice que el sentimiento de vergüenza es esencial para la naturaleza de un judío.
Una distinción debe hacerse entre culpabilidad "insalubre" y culpabilidad "saludable". Culpabilidad insalubre es cuando uno se siente como una mala persona. Culpabilidad saludable es cuando uno mantiene en mente que es una buena persona, y al mismo tiempo reconoce que ha juzgado equivocadamente y que ha cometido un error.
Recuerda una ocasión en la que te hayas disculpado. ¿Cómo te sentiste después? ¡Limpio! Sacarlo afuera es una liberación expansiva, catártica, liberadora. Limpiamos la mancha y recapturamos esa pureza perdida. Rectificamos los errores del pasado y avanzamos.
* * *
Una Sensación en el Aire
La parashá de esta semana comienza así: "Ustedes están todos hoy aquí de pie ante Dios" (Deuteronomio 29:9). Alegóricamente, esto se refiere a Rosh Hashaná, el día en que todo judío está de pie ante el Todopoderoso y hace una introspección para ver realmente quién es.
Esta es la época del año para comprometernos a corregir nuestros errores. Dios está cerca en este momento, y como dice el verso en la parashá de esta semana: "Dios eliminará las barreras de sus corazones" (Deuteronomio 30:6).

Hay una sensación en el aire. ¡Vamos a utilizarla!

¿Tú lo hiciste? ¡Admítelo!

Ki Tavó(Deuteronomio 26:1-29:8)


Todo el mundo sabe que Adán y Eva cometieron un grave error en el Jardín del Edén. ¿Pero fue su principal error el comer de la fruta? ¡No! Una mirada a los versículos (Génesis 3:8-13) revela algo mucho más profundo:
"[Después de comer, Adán y Eva] se escondieron de la presencia del Eterno Dios entre los árboles del jardín. Dios llamó a Adán y le dijo: ‘¿Dónde estás?'".
"Tu voz oí en el Jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo, así que me escondí".
Dios le preguntó: "¿Quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso del árbol que te ordené que no comieses de él, comiste?".
Adán contestó: "La mujer que me diste para estar conmigo, ella me dio del árbol, y comí".
Entonces Dios le dijo a la mujer, "¿Qué es esto que has hecho?".
Y la mujer dijo: "La serpiente me incitó, y comí".
Rashi explica la secuencia: obviamente Dios sabe lo que Adán ha hecho, sin embargo, nolo ataca con una acusación. Por el contrario, Dios entabla una conversación preguntando de manera suave, y sin ser amenazante: "¿Dónde estás?". Él le da a Adán la oportunidad de admitir su error y de expresar su arrepentimiento.
En contraposición a esto, Adán se esconde y le echa la culpa de todo a Eva. Por otra parte, Eva le traspasa la responsabilidad a la serpiente. ¡Todos alegan no haber hecho absolutamente nada malo!
Ese fue el peor error que cometieron.
Dios sabe que no somos perfectos, ¡Él nos creó de esta manera! Pero lo que si espera de nosotros es que asumamos la responsabilidad de nuestras acciones y que reconozcamos cuando hemos actuado mal. Ya que si no hacemos esto, no hay esperanza de que corrijamos nuestro comportamiento en el futuro.
Esta lección se puede aplicar a la crianza de los hijos. Imagínate entrar a la cocina y encontrar a tu hijo apoyado en la mesada, estirando su mano para alcanzar el tarro de las galletas. No lo culpes, no lo ataques, y no lo castigues sentándolo contra una esquina. Ya todo está hecho, la única pregunta que queda es cómo va a lidiar él con su error. Intenta preguntarle de manera casual, "Hey, ¿qué pasa con las galletas?". Esto le dará una oportunidad de decir la verdad sin sentirse amenazado.
* * *
Anti-Supresor
¿Por qué a la mayoría de las personas les cuesta admitir que están equivocadas?
Una posible explicación es que sin un estándar absoluto de lo que es correcto y lo que es incorrecto, no existe ninguna razón para admitir los errores. La revista Newsweek informa:
"Uno ingresa a los tribunales y el tipo te mira como diciendo, ¿cuál es tu problema? ¿Qué importa si maté a tu hijo?'", dice Virginia Irick, cuyo hijo adolescente fue asesinado hace varios años atrás en Filadelfia. De las 1200 familias atendidas por un programa de asistencia, sólo 10 han visto que la persona que mató a su ser querido demuestre algún tipo de remordimiento. Eso es menos del 1 por ciento.
En la sociedad occidental, la aversión a disculparse es una enfermedad generalizada. Si alguien encierra a otra persona en el tráfico, o destruye un matrimonio, admitir la culpabilidad está fuera de moda. De hecho, la psicología pop ha hecho todo lo posible para eliminar el concepto de "culpabilidad" de nuestro léxico. Es mucho más fácil racionalizar nuestros errores y hacerlos desaparecer. Dicen que no es bueno sentir culpa, "¡suprímela!".
Por un lado, esta supresión no es saludable. El negarse a admitir los errores, es deprimente y paralizador. El pesar se queda dentro y se infecta.
En otro nivel, esta supresión es francamente peligrosa. Cuando uno repite un acto inadecuado, eventualmente llegará a racionalizarlo como algo apropiado. El Nazi Himmler escribió que en su experiencia personal de matar judíos, el punto de inflexión llegó cuando fue capaz de dormirse por las noches sin ningún tipo de culpabilidad. Él sabía entonces que había cruzado el punto de no retorno.
* * *
Dilo en Voz Alta
La parashá de esta semana proporciona una herramienta importante para admitir nuestros errores:
"Cuando termines de separar todo el diezmo de tu cosecha... dirás delante del eterno tu Dios: he eliminado de la casa lo consagrado, y también lo he entregado al Leví, al prosélito, al huérfano y a la viuda..." (Deuteronomio 26:12-13).
La Torá nos está diciendo que para evaluar nuestro estado espiritual de manera adecuada, el ingrediente clave es hablar en voz alta. "Dirás la siguiente declaración ante Dios", es decir, articularás verbalmente dónde has tenido éxito y dónde has fracasado.
El Majzor ArtScroll explica:
"Como un ser inteligente, pensativo, e imaginativo, el hombre tiene todo tipo de pensamientos que atraviesan constantemente su mente. Incluso los pensamientos sublimes de remordimiento y de crecimiento personal no son extraños para él, pero no perduran. Para que sus pensamientos tengan sentido y perduren en el tiempo, debe expresarlos en palabras, porque el proceso de pensamiento culmina cuando las ideas son expresadas y clarificadas".
"Esto no es tan fácil como parece. Por lo general es intensamente difícil para las personas admitir explícitamente que han actuado mal. Tendemos a excusarnos a nosotros mismos. Nos negamos a admitir la verdad. Desviamos la culpa. Negamos lo evidente. Somos excelentes para racionalizar. Pero la persona que extrae de sí misma la desagradable verdad, "he pecado", ha realizado un acto grande y significativo".
* * *
Hablando Contigo Mismo
Esta lección es crucial a medida que nos acercamos a los Iamim Noraim, el momento en que nos encontramos frente al espejo y vemos la cruda realidad de quienes somos verdaderamente. Maimónides explica:
"Por cada mitzvá de la Torá que una persona transgrede, necesita confesarse ante Dios... ¿En qué consiste esto? La persona debe decir: 'Dios, he pecado ante ti; he hecho este acto específico; me avergüenzo de mis acciones, y nunca más lo volveré a hacer" (Leyes de Teshuvá 1:1).
En el judaísmo, la confesión es un asunto totalmente privado, entre tú y Dios. De hecho, la palabra hebrea para confesión – le-hit-vadot – está escrita en forma "reflexiva" que connota el actuar sobre uno mismo. Aunque le hablamos a Dios, Él ya conoce la verdad.
El problema es cuando no estamos dispuestos a admitir la verdad frente a nosotros mismos. Como el profeta Jeremías dice: "Dios nos juzgará cuando digamos: ‘No he pecado'".
Increíblemente, el incidente de Adán y Eva se produjo en el primer Rosh Hashaná, el día en que nació la humanidad. Rosh Hashaná es el día más oportuno para reparar aquel error.

Que estos días festivos sean un tiempo de crecimiento espiritual para todos nosotros.

Devolver los objetos perdidos

Ki Tetzé(Deuteronomio 21:10-25:19)


"No verás el toro de tu hermano o su oveja extraviados y te esconderás de ellos; ciertamente has de regresarlos a tu hermano. Y si tu hermano no está cercano a ti y no lo sabe, lo ingresarás al interior de tu casa y permanecerá contigo hasta que tu hermano inquiera por él; entonces se lo regresarás. Así harás con su asno, así harás con su vestimenta y así harás con cualquier pérdida de tu hermano que se pierda de él; no podrás esconderte..."(Deuteronomio 22:1-3).
"Devolver los objetos perdidos" es una de las 613 mitzvot de la Torá. En el nivel más básico, esto significa que si encontramos dinero tirado en la calle, estamos obligados a buscar al dueño y a devolvérselo.
La Torá agrega una dimensión más profunda: "no podrás esconderte". Esto excluye la posibilidad de ignorar el objeto perdido y continuar con nuestro camino como si no hubiéramos visto nada.
En términos prácticos, esto significa poner anuncios en todo el vecindario y preguntar en todas partes quien puede haber perdido tal cosa. A modo de ejemplo, deberíamos publicar: "Maletín encontrado el 1 de julio en la calle Independencia. Para reclamarlo, llamar al 555-1234".
La clave es divulgar suficiente información sobre el objeto de modo que el propietario sepa que se refiere a él, pero no demasiada como para que alguien sin escrúpulos pueda venir y reclamarlo falsamente. La persona que se comunique para reclamar el maletín se verá obligada a proporcionar una descripción básica (color, tamaño) y quizás identificar algunos de los contenidos. De esta manera, nos aseguraremos que el objeto está siendo devuelto a su verdadero dueño.
¡"El que lo encuentra se lo queda" definitivamente no es un concepto judío!
* * *
El Daño ya Está Hecho
Otra aplicación de esta mitzvá es asumir la responsabilidad por daños sobre la propiedad privada. El ejemplo clásico es cuando accidentalmente chocamos otro coche en el estacionamiento. Si esto ocurre, debemos dejar una nota con nuestro número de teléfono.
El Talmud (Baba Metzia 31a) extiende esta idea y explica que hay que "prevenir daños". Por ejemplo, si la casa de tu vecino está a punto de inundarse – y él no está –entonces tú debes colocar bolsas de arena para detener el agua (y luego puedes pedir un reembolso).
Recuerdo un incidente durante mi primera visita a Aish en Jerusalem. Estaba observando el panel de anuncios de los estudiantes, leyendo algunos de los anuncios que estaban publicados. Uno en particular captó mi atención:
"Accidentalmente rompí una taza de café de color azul. Si es tuya, por favor avísame para poder compensarte. Firmado, José Fulano".
José podría haber roto la taza, podría no haber dicho nada y nadie se habría enterado. Pero él estaba decidido a arreglar las cosas. ¡¿No sería bonito si todo el mundo actuara de esta manera?!
Pero ese no es el final de la historia. Una semana más tarde, yo estaba leyendo de nuevo el mismo panel de anuncios y noté algo asombroso. Este joven había tachado la palabra "accidentalmente" y había escrito en su lugar "negligentemente". Él había meditado y había entendido que decir que la taza se había roto accidentalmente no era del todo cierto.
* * *
Cuidando la Mercancía
Una extensión de la mitzvá de devolver objetos perdidos es la obligación de conservar cuidadosamente el objeto encontrado hasta que sea devuelto. No tenemos permiso para usarlo libremente, sino que estamos obligados a cuidar de él.
El Talmud (Taanit 25a) cuenta la historia de cómo una vez unas gallinas se perdieron y llegaron al patio de Rabi Janina Ben Dosa. Rabi Janina se vio en la obligación de cuidar de ellas hasta que se encontrara al verdadero dueño. Mientras tanto, las gallinas pusieron huevos que después de un tiempo se transformaron en polluelos, y pronto la propiedad de Rabi Janina ¡estaba llena de aves! Con el fin de ahorrar espacio, él intercambió todos los polluelos por unas cuantas cabras.
A través de una cuidadosa observancia de la mitzvá, Rabi Janina había multiplicado la riqueza del dueño original de las gallinas. En el momento en que el hombre llegó a reclamar sus gallinas, se transformó en el orgulloso propietario de todo un rebaño de cabras.
* * *
Herencia Judía
Con esta idea en mente, consideremos la siguiente ilustración:
Ariel, el corredor de la bolsa de comercio, llama a su amigo Miguel. "Tengo un dato con respecto a unas acciones", dice Ariel. "¡Garantizadamente de aquí a mañana duplicarán su valor!".
"Mmm, he oído hablar de estos famosos "datos" anteriormente", dice Miguel. "Gracias de todos modos, pero voy a pasar esta vez".
Una semana más tarde Miguel recibe una llamada telefónica. "Hey, soy yo de nuevo, Ariel. ¿Recuerdas acerca de las acciones que te conté? Bueno, yo invertí $10.000 dólares ¡y el dinero se duplicó de la noche a la mañana! Yo creo que las acciones van a seguir subiendo, así que voy a reinvertir los $20.000 dólares. Todavía estás a tiempo. ¿Te interesa?".
"No, gracias", dice Miguel. "Lo que sube, eventualmente tiene que bajar. Voy a pasar nuevamente".
Una semana más tarde Miguel recibe una llamada telefónica. Se trata de Ariel el corredor de la bolsa de comercio. "Wow, estas acciones son sorprendentes. Su valor sigue duplicándose y ahora el valor de mi inversión alcanza los $ 100.000 dólares. Vamos, Miguel, ¿por qué no inviertes en estas acciones? ¡Es un negocio genial!".
Semana tras semana, mes tras mes, las llamadas telefónicas continúan. Las acciones de Ariel siguen subiendo, mientras que Miguel está de brazos cruzados.
Un día suena el teléfono de Miguel. (Él espera que no sea Ariel con más noticias acerca de sus inversiones). "Hey, soy yo, Ariel. Quiero decirte algo. ¿Recuerdas hace unos meses atrás cuando invertí los primeros $10.000 dólares? Pues bien, al mismo tiempo tomé otros $10.000 y los invertí a tu nombre. Ahora el valor de las acciones alcanza el millón de dólares. Somos buenos amigos Miguel, y me preocupo mucho por ti. Por lo tanto, sólo dame los $10.000 dólares originales ¡y el millón de dólares es tuyo!".
¿Se imaginan una oferta así?
Ahora aplica esto a la historia judía. Desde Moisés hasta Maimónides, desde el Sagrado Templo al moderno Estado de Israel, y todas las personas y todas las cosas que existieron entremedio, nuestros antepasados sudaron, lucharon y se sacrificaron para construir un legado judío. Un legado de sabiduría, de idealismo, de educación, de cuidar los unos de los otros y de cuidar el mundo en general.
No se trata de un viaje de culpa judía. Se trata de reconocer el increíble legado que tenemos en nuestras manos. Durante 3000 años, el pueblo judío ha acumulado un tesoro. Y ahora, ¡todos podemos venir y disfrutar de él!
* * *
De Vuelta a Casa
La mitzvá de devolver los objetos perdidos no sólo se aplica a los objetos materiales que se han perdido, sino también a cosas más intangibles. Por ejemplo, si dos amigos dejaron de hablar a causa de una discusión, debemos tratar de ayudar a reestablecer la relación.
Del mismo modo, si alguien se ha alejado del judaísmo y ha perdido su conexión con Dios y con la Torá, debemos hacer todo lo posible para ayudar.
Este año, a medida que se acercan los Iamim Noraim (los días entre Rosh Hashaná y Iom Kipur), piensa en alguien que conozcas que se encuentre alejado de la comunidad judía, e invítalo a compartir las festividades contigo. Quizás esto es lo que verdaderamente nos quiere decir el verso en nuestra parashá: "A continuación, llevar [el objeto perdido] a tu casa" (Deuteronomio 22:1).

Pruébalo. Asume la responsabilidad. Tu esfuerzo puede valer millones

Lo más Importante de la Vida

Shoftim(Deuteronomio 16:18-21:9)


Toda persona tiene algo por lo cual está viviendo. Llamaremos a esto un"fundamento personal". Para algunos es el dinero, para otros el prestigio, para otros la búsqueda de placer. Ahora imaginemos que te enfrentas a una situación en la que estás a punto de perder todo – tu trabajo, tu casa, tu automóvil, incluso tu salud y tu familia (Dios no lo permita). Pero... te dan la opción de aferrarte a UNA SOLA COSA, sólo una cosa. ¿Cuál sería?
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Presupuesto a Futuro
Esta semana comienza el mes de Elul. En muchos aspectos, éste es el momento más importante del calendario judío. Como el mes que precede a las Fiestas (Iamim Noraim), Elul es un período crucial de preparación.
Para empezar, preguntemos: ¿De qué se trata Rosh Hashaná?
Imagina que eres un investigador científico y que tu trabajo es financiado a través de una fundación filantrópica. Cada año, debes comparecer ante la junta de directores y presentar un resumen de tus logros alcanzados durante el año que acaba de pasar. La cantidad de dinero que la junta te otorgará para el próximo año se basará en lo bien que hayas utilizado el presupuesto del año pasado, y en la solidez de tus planes para el próximo año. Por supuesto, si has malgastado los recursos y no estás preparado para el futuro, tus posibilidades de recibir una subvención adicional son muy reducidas
Esto es lo mismo que ocurre en Rosh Hashaná. Desde la creación de Adán y Eva, Rosh Hashaná ha sido el día en que todo ser humano (por así decirlo) es creado de nuevo. Nos presentamos ante nuestro Creador y decimos: "Así es como he utilizado mis recursos, y este es mi plan para el futuro".
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Apreciando el Regalo
Este es un negocio bastante serio. La vida no debe ser tomada por sentado. La vida es un regalo precioso. Es delicada y frágil, y puede ser quitada en cualquier momento.
Cuentan la historia de un escultor que estuvo a cargo de diseñar un caballo de bronce para la plaza del pueblo. Después de muchos meses de trabajo, produjo una escultura con perfecto detalle, que mostraba cada nervio y cada folículo piloso. ¡Era realmente una obra maestra! Sin embargo, cuando la estatua fue colocada con orgullo en la plaza del pueblo, todo el mundo pasaba a su lado y la ignoraba. El escultor estaba muy decepcionado al ver que todo su arduo trabajo no era apreciado. Finalmente un amigo le dijo: "Creo que el problema es que el caballo es tan perfecto, ¡que la gente piensa que es real! Pero si le haces una fisura, entonces la gente se dará cuenta de que es una obra de arte".
El punto de esta historia, explica el Jatám Sofer, es que nuestras vidas están llenas de bendiciones. ¡Nuestros ojos por sí solos valen muchos millones de dólares! ¡Pero no debemos tomar nuestro "presupuesto" por sentado!
La relación de una persona con Dios es similar a la relación de un padre con un hijo. Por ejemplo, ¿qué ocurre cuando un niño pide una galleta? El padre felizmente le da una. Pero que ocurre si el niño muestra una falta de apreciación (negándose a decir "gracias", o tirando la comida al suelo), ¿crees tú que el padre le dará al niño otra galleta? ¡De ninguna manera!
Ahora imagina que el niño toma la galleta y dice algo así como: "Muchísimas gracias. Esta galleta es dulce, fresca y deliciosa. Realmente aprecio el esfuerzo que hicieron para conseguirme esta galleta". ¿Qué van a decir a los padres cuando el niño levante la vista tímidamente y pida una segunda galleta? "¡Será un placer!".
Este Rosh Hashaná, ¿seremos capaces de presentarnos ante Dios con confianza? Sólo lo lograremos si hemos realizado un verdadero cuestionamiento espiritual – ¿qué somos y hacia dónde nos dirigimos? Ya que si no tenemos esta claridad, entonces ¿cómo podemos esperar que Dios (la junta de directores) nos conceda un año más de vida?
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Fundamento Personal
Hay algunas costumbres especiales, que los judíos realizamos durante el mes de Elul, que nos ayudan a llevar a cabo la tarea que tenemos por delante. Una de ellas es la recitación diaria del Salmo 27. Allí, el rey David, exclama:
"Una sola cosa pido... habitar en la casa de Dios todos los días de mi vida".
El rey David nos dice una idea muy profunda: Si yo estuviera completamente desposeído y sólo pudiera elegir una sola cosa, serías Tú, Dios. Ese es mi "fundamento personal". Una relación con Dios reemplaza todo lo demás, porque Él es la fuente de todo. Sin peros.
Entender esto es todo el sentido del mes de Elul.
No hace mucho tiempo yo estaba sentado estudiando Torá en una sinagoga cerca de mi casa. Esta sinagoga está situada en el sótano de un gran edificio de apartamentos. (En Israel, el sótano de cada edificio es un refugio antibombas).
Así que estoy sentado en este refugio antibombas convertido en sinagoga, y estoy pensando que si alguna vez (Dios no lo quiera) debe haber una guerra, este refugio antibombas sería un buen lugar para quedar atrapado. Hay libros de Torá, rabinos estudiosos y santidad impregnada en las paredes. ¡Podría pasar semanas aquí!
Entonces recordé una época de mi vida en la que yo era menos observante. Había salido una noche con algunos amigos a escuchar un poco de música en una taberna local. Cuando nos preparábamos para volver a casa, descubrimos que soplaba un viento de 100 kilómetros por hora y que había caído un metro de nieve. ¡Se trataba de una tormenta! Las calles fueron clausuradas y toda la ciudad se detuvo por completo. Nadie iba a ninguna parte. Estábamos desamparados. Atrapados por la nieve.
Pasé las siguientes 48 horas en la taberna con un grupo de extraños, y recuerdo que en aquel momento me consideraba afortunado de haber quedado atrapado allí y no en otro lugar. Habían muchas cosas para mantenernos entretenidos: juegos de vídeo, una mesa de billar, un magnífico sistema de sonido, etc. ¡Estaba profundamente agradecido de no haber quedado atrapado en la oficina del dentista o en una gasolinera!
Así que, recientemente, cuando me imaginé atrapado en mi sinagoga antibombas, aquella tormenta de nieve se me vino a la mente. Taberna versus Sinagoga. La diferencia cualitativa es impresionante. ¿Existe acaso alguna duda? Las palabras del rey David sonaron como una campana: "Una sola cosa pido... habitar en la casa de Dios...".
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Resguardando las Puertas
Otra costumbre especial durante el mes de Elul es el toque del Shofar cada mañana en la sinagoga. El Shofar es literalmente el sonido de una alarma de reloj diseñado para despertarnos de nuestro letargo espiritual. El Shofar trae claridad, presteza, y concentración.
La razón por la cual nos desconectamos y cometemos errores, es porque no nos tomamos el tiempo necesario cada día para volver a reconectarnos con nuestros deseos más profundos y con nuestra esencia. Por lo tanto, la solución es obvia: Pasar tiempo a solas todos los días para preguntarnos: "¿Estoy en el buen camino? ¿Estoy concentrado? ¿Estoy persiguiendo objetivos que harán la diferencia en mi vida y en el mundo?".
La parashá de esta semana comienza:
"Deberás establecer jueces y policías para ti en todas tus puertas".(Deuteronomio 16:18).
Los comentaristas explican este versículo metafóricamente: Debes establecer guardias en "tus puertas" – es decir, en los orificios de tu cuerpo. Guarda tus oídos de los chismes. Guarda tu boca de la falsedad. Guarda tus ojos para que no persigan frivolidades.

Elul es el momento de construir un modelo sincero y realista de donde nos hemos quedado cortos en el pasado, y cómo esperamos cambiar en el futuro. Que este sea un momento de crecimiento para todos nosotros.

Amor y Guerra

Ree(Deuteronomio 11:26-16:17)


Uno de los temas más difíciles que encontramos en la Torá se describe en la parashá de esta semana (Deuteronomio 13:16): el mandamiento de destruir la "Ciudad Rebelde", un lugar cuyos residentes se dedican a adorar ídolos. Hoy en día, es difícil para nosotros imaginar este tipo de ciudad, ya que probablemente imaginamos a los idólatras como personas normales que simplemente adoran una estatua en vez de ir a la sinagoga.
En realidad, la idolatría era algo mucho peor.
La idolatría de antaño involucraba diversos tipos de inmoralidades sexuales como por ejemplo: orgías públicas, prostitución en los templos, el incesto, el bestialismo y el abuso sexual (Levítico 18:27). También se sabe que sacrificaban niños a los dioses (Deuteronomio 12:31). Rabí Akiva (siglo II EC, Israel), informó que vio a un niño que fue entregado por su padre para ser devorado por perros salvajes al servicio de los ídolos. De hecho, los arqueólogos modernos han encontrado montañas de huesos de niños en los altares paganos.
Todo esto no es una buena base para la nación judía que está tratando de construir su casa en la Tierra Santa de Israel. Esa es la razón por la que Dios ordenó que las "Ciudades Rebeldes" fueran totalmente destruidas junto con sus habitantes.
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Idolatría Insidiosa
Ahora, la parte interesante. El Talmud (Sanedrín 71) establece que nunca hubo una "Ciudad Rebelde". ¡El caso es teórico!
Entonces, ¿por qué la Torá menciona este caso?
La respuesta es que, si nunca hubiéramos conocido la pena, no podríamos haber apreciado la gravedad del delito.
La prohibición contra la idolatría es mencionada 44 veces en la Torá, más que cualquier otra Mitzvá. Es uno de los Diez Mandamientos. Es una de las seis Mitzvot constantes. Es una de las 7 Leyes de Noaj que todos los no-judíos deben respetar. Y es una de las 3 Mitzvot por las cuales se espera que un judío dé su vida en lugar de transgredirla.
Pero, ¿por qué es tan mala la idolatría?
Nosotros, los seres humanos, tenemos un profundo deseo de conectarnos con algo más allá de nosotros mismos – con la fuente de nuestra existencia. La idolatría es pensar que cualquier cosa que no sea Dios es aquella fuente. Para algunos, puede ser la idea de que el dinero trae la felicidad. Para otros, puede ser el encanto del poder, el amor, o el materialismo.
El peligro es que una sociedad que no se centra en Dios seguramente terminará derrumbándose. Sin valores compartidos y sin un profundo compromiso con la chispa divina que hay en cada uno de nosotros, no hay nada que mantenga a la sociedad unida. Por esta razón, en particular para la nación judía que está comprometida con un ideal utópico de alcanzar la paz en el mundo, la idolatría es un elemento inaceptable dentro de la sociedad.
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Un Giro Irónico
Pero, si los judíos están tan comprometidos con la paz, ¿cómo es que la Torá puede ordenar la destrucción de las "Ciudades Rebeldes", incluso aunque sea sólo en teoría?
La respuesta es que a veces la guerra es necesaria. Si bien el judaísmo enseña que el valor supremo es la vida, no somos pacifistas. Hacer desaparecer el mal también es parte de la justicia. Las disputas que representan un peligro deben ser resueltas, porque si decides abandonar al mal y lo dejas solo, eventualmente te atacará de vuelta (Rashi, Deuteronomio 20:12).
La gente de hoy no se relaciona con el concepto de que si no destruimos el mal, el mal nos destruirá a nosotros. Hoy, la mayoría de los occidentales crecen en barrios tranquilos y nunca experimentan una guerra, la persecución o el racismo. Por lo que es fácil predicar la paz y la hermandad a expensas de la defensa. Hay una broma muy conocida que define a un liberal como "un conservador que nunca ha sido asaltado". Cuestionar el sentido de la justicia y la moral de los antiguos hebreos no es realmente justo si nunca lidiamos con la dura realidad de sus vidas.
Es irónico que la Torá – que introdujo al mundo el concepto de la santidad de la vida – hoy en día es criticada como "cruel" por las civilizaciones occidentales, ¡que a su vez fueron construidas sobre aquella misma base moral judía! Si lo pensamos bien, la gente de hoy puede criticar a los antiguos hebreos, sólo porque los hebreos les enseñaron que el asesinato, la conquista, y el abuso estaban profundamente equivocados. Valores tales como la igualdad, la libertad y la fraternidad todos derivan del judaísmo. ¡La mentalidad de que "hacer desaparecer una ciudad" es algo "inmoral" existe sólo porque los judíos se lo enseñaron al mundo!
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Las Leyes de Noaj
Las personas piensan equivocadamente que la Torá ordena hacer desaparecer a los cananitas indiscriminadamente y con crueldad. En verdad, la Torá prefiere que los cananitas eviten el castigo, y por esto recibieron muchas oportunidades para aceptar la paz. Es decir, a pesar de que la práctica inhumana abominable había sido adoctrinada en la mente cananea, la esperanza era que ellos cambiaran y aceptaran las siete leyes universales de la humanidad. Estas leyes, más conocidas como las "Leyes de Noaj" son fundamentales para el funcionamiento de cualquier sociedad:
1. No matar.
2. No robar.
3. No adorar dioses falsos.
4. No ser inmorales sexualmente.
5. No comer la extremidad de un animal vivo.
6. No maldecir a Dios.
7. Establecer tribunales y llevar los delincuentes ante la justicia.
En la raíz de estas leyes se encuentra el concepto fundamental de que existe un Dios que creó a cada una de las personas a Su imagen, y que cada persona es querida por Dios y por lo tanto debe ser respetada acordemente. Estas siete leyes son los pilares de la civilización humana. Son los factores determinantes que distinguen a una ciudad de seres humanos de una jungla de animales salvajes.
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Guerra Compasiva
Aun cuando los judíos se involucraban en una batalla, ellos tenían la obligación de actuar con misericordia, como dice la Torá: "Cuando te aproximes a una ciudad para hacerle la guerra, le harás un llamamiento de paz" (Deuteronomio 20:10).
Por ejemplo, antes de entrar en la Tierra de Israel, Ioshua escribió tres cartas para las naciones cananeas. La primera carta decía, "Todo aquel que quiera salir de Israel, tiene permiso para salir". Si se negaban, una segunda carta decía: "Quien quiera hacer la paz, puede hacer la paz". Si ellos se negaban de nuevo, una última carta advertía, "Quien quiera luchar, que se prepare para la lucha". Al recibir estas cartas, sólo una de las naciones cananeas, la Guirgashita, atendió la llamada y lo resolvieron de forma pacífica.
En el caso de que las naciones cananeas decidieran no hacer un tratado de paz, el Pueblo Judío seguía teniendo la obligación de luchar con misericordia. Por ejemplo, cuando asediaban una ciudad para conquistarla, los judíos nunca la rodeaban por los cuatro costados. De esta manera, un costado siempre se dejaba abierto para permitir que escapara todo aquel que deseaba escapar. (Ver Maimónides - Leyes de los Reyes 6:4-5 con Kesef Mishná).
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Contra la Naturaleza Judía
Es interesante que a lo largo de la historia judía, la guerra siempre ha sido un tremendo calvario personal y nacional que se ha desarrollado en contra de la naturaleza pacífica del Pueblo Judío.
En diversas etapas a lo largo de los 40 años de caminata en el desierto, Moisés se vio obligado a reprender a los judíos por tener temor a la guerra. Él los inspiró con palabras motivadoras y con garantías de victoria. (Véase Éxodo 14:3 con Ibn Ezra; Números 21:34 con Najmánides; Deuteronomio 31:6).
La verdad es que la guerra hace que uno sea insensible y cruel. Por lo tanto, dado que Dios mismo ordenó a los judíos liberar a la tierra de la maldad, Dios también prometió a los soldados que ellos mantendrían su carácter compasivo. En las palabras de nuestra parashá: "Él te concederá misericordia y será compasivo contigo" (Deuteronomio 13:18).
Ir a la guerra con entusiasmo siempre ha sido una prueba para el Pueblo Judío. El rey Saúl perdió su reino por mostrar misericordia fuera de lugar y por dejar con vida al rey de Amalek. Y, en tiempos modernos, cuando le preguntaron a la primera ministro israelí Golda Meir si podría perdonar a Egipto por haber matado soldados israelíes, ella contestó, "Es más difícil para mí perdonar a Egipto por hacernos matar a sus soldados".
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Abrumadoramente Bien
Entonces, ¿qué es lo que significa todo esto para nosotros hoy?
En la ausencia de un Rey judío o de un Sanedrín (corte judía), estas leyes de guerra no se aplican técnicamente. Pero todavía hay una lección que podemos aprender. La severidad de la idolatría se ve enfatizada por el hecho de que el castigo más severo en el judaísmo está reservado para un Maisit - alguien que promueve y que convence a otros que hagan idolatría. Como se indica en nuestra parashá, esta persona participa activamente en la erosión de valores centrales, y no existe una amenaza más grande para la sociedad (véase Deuteronomio 13:7-12).
De aquí podemos extrapolar: La mayor recompensa está reservada para alguien que hace lo contrario de un Maisit - alguien que activamente acerca a los judíos a su herencia.

El rey David dice: "Aléjate del mal y haz el bien, busca la paz y persíguela" (Salmos 34:15). Un método eficaz para alejar el mal es "hacer el bien". Vivimos en tiempos singulares. El mundo está lleno de tensión y de luchas. La bondad está frecuentemente allí, burbujeando bajo la superficie. Vamos a pensar positivamente. Vamos a reflexionar sobre lo que podemos hacer para eliminar el mal... abrumándolo con el bien.

Caminando con Dios

Ekev(Deuteronomio 7:12-11:25)


La clonación humana es un tema candente y hay mucho debate médico y ético al respecto. ¿Pero cómo entender la clonación desde una perspectiva metafísica?
En la parashá de esta semana, la Torá nos dice que debemos "caminar en todos los caminos de Dios" (Deuteronomio 11:22). Todo ser humano es creado a imagen de Dios. Esto significa que Dios es nuestro modelo de conducta a seguir. Nuestra intención debe ser clonarnos ¡a nosotros mismos a partir del Todopoderoso!
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Luchando por la perfección
En el libro de Génesis (capítulo 18), Dios le está hablando a Abraham. De pronto Abraham ve a tres extraños acercarse a la distancia y rápidamente salta para ofrecerles comida y bebida.
¿Sobre qué bases Abraham priorizó ayudar a un grupo de extraños en vez de hablar directamente con Dios?
La respuesta es que el hecho de ser como Dios es incluso más importante que hablar directamente con Dios. Dios es un dador. Nosotros fuimos creados a imagen de Dios, por lo tanto ‘dar' es nuestra mayor forma de expresión espiritual. Abraham alcanzó grandes niveles espirituales ya que emuló a Dios realizando infinitos actos de bondad.
Sin embargo, ¿cómo los seres humanos en su mortalidad pueden llegar a alcanzar la infinita perfección de Dios?
La verdad es que no podemos. Pero eso no debe ser un impedimento para que establezcamos objetivos elevados. De hecho, el secreto del éxito del Pueblo Judío es que siempre está luchando para alcanzar... la perfección.
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Formas prácticas para emular a Dios
Al describir la Mitzvá de "caminar en todos los caminos de Dios", el Talmud establece: "Así como Él es misericordioso, así tú debes ser misericordioso. Así como Él es bondadoso, así tú debes ser bondadoso".
Varios ejemplos de la bondad de Dios incluyen:
  • Visitar a los enfermos, así como hizo Dios después del Brit Milá de Abraham (Génesis 18:1).
  • Enterrar a los muertos, ya que Dios personalmente enterró a Moisés (Deuteronomio 34:6).
  • Alimentar a los hambrientos, así como Dios les proporcionó maná (el pan) a los judíos mientras vagaban por el desierto (Éxodo 16:4).
  • Reconfortar a los dolientes, así como se apareció Dios a Isaac después de la muerte de Abraham (Génesis 25:11).
Es interesante que esta lista incluya sólo aspectos de bondad hacia otros. No se hace mención acerca de juzgar o castigar a los otros. Esto se debe a que sólo Dios puede administrar justicia. La única razón por la cual la Torá permite que los tribunales administren justicia es porque Dios les concede esta facultad. El Maharal explica que la Torá se refiere a los jueces como elo-him – un nombre generalmente reservado para Dios – para enseñarnos que la labor de un juez es sólo una extensión del juicio de Dios.
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Grandeza moderna
Para relacionarnos con nuestro prójimo, la palabra clave es bondad.
La Torá nos instruye a "guardar los mandamientos de Dios, y caminar en Sus caminos" (Deuteronomio 28:9). El Jafetz Jaim observa que las dos cláusulas indican que esto es un proceso de dos etapas. "Mantener los mandamientos" es bueno en la medida en que esto nos lleve a "caminar en los caminos de Dios" – es decir, perfeccionar nuestro carácter.
Se cuenta una historia de la época previa a la Segunda Guerra Mundial en Europa, cuando los judíos se preocupaban por su seguridad y peleaban por obtener visas de salida. Uno de los estudiantes del rabino Aarón Kotler decidió embarcarse en un largo viaje en tren, con la esperanza de que los documentos que le permitirían salir estuvieran esperando por él en la ciudad portuaria. En una parada de conexión en el medio de la ruta, el estudiante fue sorprendido por la repentina aparición del Rabino Kotler. "¿Rabino, qué está haciendo aquí?", preguntó el incrédulo estudiante.
"Justo después de que partiste llegó un telegrama diciendo que, efectivamente, tus documentos están listos en el puerto", explicó el Rabino Kotler. "Así que tomé otra ruta y me apresuré para encontrarte acá ¡para que estuvieras tranquilo durante el resto del viaje!".
Una sociedad se define por sus héroes. ¿Serán atletas y estrellas de rock? ¿O será Dios Todopoderoso?
¿A quién te gustaría que sigan tus hijos?
Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons

FUENTES:
-- Talmud – Shabat 127a, 133b.
-- Talmud – Sotá 14a.

No Añadir o Restar

Vaetjanán(Deuteronomio 3:23-7:11)


El Rey llama a su Ministro de confianza y le dice: "Tengo una misión importante para que lleves a cabo. Ve al reino vecino y reúnete con sus dirigentes. Recuerda una sola cosa, bajo ninguna circunstancia debes quitarte tu camiseta durante la reunión. Ahora ve y haz lo que digo".
El Ministro sale en su misión alegremente y pronto llega al reino vecino. Entonces se dirige directamente al palacio en donde se reúne con el Rey. En el medio de su reunión, ve a algunos de los oficiales del Rey apuntándolo y riéndose de él.
"¿Por qué se están riendo?", pregunta el Ministro visitante.
"Porque nunca hemos visto a alguien con una joroba tan pronunciada", dicen ellos.
"¿De qué hablan? ¡Yo no soy un jorobado!".
"¡Por supuesto que sí!".
"No, ¡no lo soy!".
"¡Apostamos un millón de dólares a que sí es!".
"Perfecto, acepto felizmente su apuesta". "Está bien, quítese su camiseta y demuéstrelo". En ese momento el ministro recuerda las palabras del Rey, "...bajo ninguna circunstancia debes quitarte tu camiseta durante la reunión". Sin embargo el ministro razona, un millón de dólares, sin duda que es una cifra importante para las arcas del Rey. Yo se que no soy un jorobado, así que seguramente ganaré la apuesta. Por supuesto que bajo estas circunstancias el Rey daría su aprobación...
El Ministro se quita su camiseta y muestra con orgullo su postura perfecta. Feliz con su decisión, él extiende su mano y recibe un cheque por un millón de dólares.
El Ministro apenas puede contener su emoción. Él rápidamente termina la reunión y corre de vuelta para contarle la maravillosa noticia a su Rey. "¡Gané un millón de dólares para las arcas del Rey!", exclama el Ministro. "Fue muy fácil. Sólo tuve que quitarme la camiseta para demostrar que no soy jorobado".
"¿¡Qué hiciste qué!?", grita el Rey. "Pero te dije específicamente que no te quitaras tu camiseta. ¡Yo confié en que seguirías las instrucciones y le aposté al otro Rey $10 millones de dólares a que no podría conseguir que te quitaras tu camiseta!".
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Normas Nacionales
En la parashá de esta semana la Torá dice: "No añadas o restes de las Mitzvot". (Deuteronomio 4:2)
Tomemos el ejemplo de andar en auto en Shabat. Nadie discute que encender un motor de combustión viola el versículo de la Torá: "No encenderás fuego en Shabat". (Éxodo 35:2)
Pero el argumento es el siguiente; ¿acaso no es mejor que las personas vayan manejando a la sinagoga a que se queden en casa? ¿No es esto una excepción válida a la Ley Judía? ¡Ciertamente Dios lo aprobaría!
[Años después de escribir estas palabras, escuché al decano de una escuela rabínica norteamericana (no ortodoxa) decir que en retrospectiva, haber permitido que los judíos conduzcan a la sinagoga en Shabat fue un "error", ya que "esto provocó que la gente no valore el hecho de vivir cerca de la sinagoga y el hecho de vivir en comunidad".]
Al igual que el ministro de la historia, a veces no somos conscientes de algunos factores subyacentes. Una comunidad que conduce en Shabat elimina la necesidad de vivir conjuntamente en un mismo barrio. Por lo tanto ya no hay necesidad de una escuela judía en el barrio, panadería casher, clubes deportivos judíos, etc. De esta manera nos dispersamos en los suburbios y nuestros hijos se introducen en el crisol de las normas y las actitudes seculares. La experiencia de crecer en una comunidad judía se ha perdido.
¡Esto no es para sugerir una segregación total!, pero si nos preocupa el problema de la asimilación y queremos darle a nuestros hijos una experiencia judía única que sea una base para la vida, hay que entender que enviarlos a una escuela secundaria en la cual hay un grupo ínfimo de judíos puede ser en realidad un incentivo para la asimilación.
Por supuesto, cuando se trata de la observancia individual, el judaísmo no es "todo o nada". Una persona lucha para hacer su mejor esfuerzo y no se puede esperar más. El judaísmo es un proceso, un viaje, en el que cada paso cuenta.
Pero a nivel nacional, no podemos permitir que un ‘estándar bajo' sea "institucionalizado". La fuerza de la Ley Judía radica en su convicción de que las necesidades humanas y los deseos siguen siendo consistentes a lo largo de la historia. Una vez que la Ley Judía es redefinida, para cada familia, cada sociedad y cada generación, deja de ser eficaz. Las compuertas de la "redefinición" se abren y el sistema se desmorona.
Ciertamente hay una serie de factores en juego, pero, ¿debería ser una sorpresa que exista un 60 por ciento de matrimonios mixtos asolando a nuestro pueblo? Quizás por esta razón la Torá, después de ordenar "no añadir o restar", declara:
"Ustedes han sido testigos de lo que hizo Dios con aquellos que siguieron cultos extranjeros - la forma en que desaparecieron. Pero ustedes que se aferran a Dios - todos ustedes viven hoy". (Deuteronomio 4:3-4)
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Error Primordial
Intuitivamente, es comprensible porque no debemos restar de la Torá. Pero, ¿por qué no podemos añadir a las Mitzvot? ¿No es mejor hacer siempre más?
Considera una gran obra de arte. ¿¡Le añadirías algunas notas a una fuga de Bach o algunas pinceladas a un retrato de Rembrandt!?
Agregar a las Mitzvot no es servir a Dios, es actuar por uno mismo en base a lo que "se siente bien". La perfección, por definición, no puede ser mejorada. Agregarle elementos a la Torá implicaría una deficiencia de parte de Dios. Es un culto a la creatividad propia.
Además, el mismo juicio subjetivo que decide añadir, es el mismo juicio subjetivo que eventualmente nos lleva a restar:
En el Jardín del Edén, la serpiente trató de tentar a Eva para que comiera del árbol. "¿Acaso Dios realmente dijo que no comieran del árbol?", preguntó la serpiente.
"Así es", dijo Eva. "Dios dice que no podemos comer, y que ni siquiera podemos tocarlo" (Génesis 3:3).
En ese momento, dice el Midrash, la serpiente empujó a Eva para que ella tocara el árbol. "¡Viste eso!", dijo la serpiente. "Tocaste el árbol y no pasó nada. Dios realmente no hablaba en serio. Ya lo tocaste, ahora ve y come de él".
Y Eva comió.
Los que añaden, eventualmente llegarán a restar.
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Una Conexión Precisa
Maimónides explica la importancia de no manipular la Torá:
'La Torá declara explícitamente que sus Mitzvot seguirán siendo vinculantes para siempre, sin ningún cambio, adición o sustracción... Por lo tanto, si cualquier persona se levanta – judío o no judío –y realiza milagros y maravillas, diciendo que Dios lo envió a añadir o a restar una Mitzvá de la Torá, o a dar una explicación distinta a nuestra tradición de Moisés, o a afirmar que las Mitzvot fueron dadas a Israel por un tiempo limitado solamente, y no para todas las generaciones, entonces inmediatamente sabemos que se trata de un falso profeta. En todos estos casos sabemos que tal profeta está hablando presuntuosamente en el Nombre de Dios, inventando algo que no fue dicho realmente por Dios. Ya que Dios mismo le dijo a Moisés que estos mandamientos son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre'. (Bases de la Torá 9:1-2)
La Ley Judía es una ciencia metafísica exacta. De la misma manera en que añadir un pequeño cable a nuestro teléfono celular implicaría que no tengamos señal, así mismo no debemos hacerle pequeños ajustes a la Ley Judía. Como el rey David declara: Torat Hashem Temima - "la Torá de Dios es perfecta" (Salmos 19:8). La obra maestra es desfigurada tanto por la adición como por la sustracción.
FUENTES:
-- Jofetz Jaim, siglo 20, Polonia
-- Kli Yakar, siglo 16, Praga
-- Rabino Jaim Shmulevitz, siglo 20, Israel
-- www.forward.com
Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons
Publicado: 22/4/2010

Crítica constructiva

Devarim(Deuteronomio 1:1-3:22)


Han transcurrido ya 40 largos y calurosos años en el desierto. La era está llegando a su fin con el libro de Deuteronomio, el último acto de Moisés, su último llamado de atención al Pueblo Judío.
Gran parte de la parashá de esta semana consiste en Moisés reprendiendo al pueblo por una serie de errores, entre ellos el pecado del "Becerro de Oro", la rebelión de Koraj, las quejas sobre la carne y el agua, y más.
¿Por qué Moisés eligió este momento – los últimos días antes de su muerte – para comunicar 40 años de reproches reprimidos?
La Torá nos dice:
"Deberás reprender a tu prójimo, pero no harás un pecado en el proceso". (Levítico 19:17)
Reprochar está bien, pero no si el resultado será negativo. Si la otra persona se pondrá a la defensiva, se enojará, o no aceptará las críticas, entonces es mejor no decir nada.
Moisés pensó, dado que él estaba en sus últimos días de vida, que su crítica sería aceptada por el pueblo ya que:
a- Él no podría seguir repitiendo el reproche – es decir, no sería "insistente".
b- Le ahorraría al pueblo la vergüenza de tener que enfrentarse nuevamente a él en el futuro.
c- El pueblo no sentiría la necesidad de adoptar una posición de rebeldía poniéndose a la defensiva – por ejemplo, "¿Ah si?, ¡yo le mostraré!".
d- El pueblo prestaría mucha atención, sabiendo que las últimas palabras de Moisés serían las más selectivas e importantes de escuchar.
Si una persona siente que estás hablando por 'interés propio'– y no por 'su propio bien' – entonces no va a escuchar lo que estás diciendo.
El reproche debe ser claramente en beneficio de la otra persona. Él tiene que saber que te preocupas, que te encuentras de su lado, y que deseas lo mejor para él.
Es por esta razón que Moisés reprocha al pueblo específicamente después de derrotar a Sijón y a Og en el campo de batalla (ver Deuteronomio 1:4). Él acababa de reafirmar su dedicación y compromiso con el pueblo. Por lo tanto ellos sabían que las críticas de Moisés eran constructivas.

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La Prueba Está a la Vista
Una mirada al texto original en hebreo aclara este concepto. La Torá dice: "Deberás dar tojajá a tu prójimo". Tojajá proviene de la misma raíz que la palabra hojajá, que significa "prueba".
La Torá nos está diciendo que la forma de hacer que nuestro prójimo cambie no es a través de una dura reprimenda, argumentación, o persuasión. La única forma de convencer a alguien es a través de una prueba clara y evidente. Como el Talmud (Brajot 7a) dice: "Es mejor que una persona por sí misma se de cuenta de la verdad, a que la golpeemos con 100 latigazos".
¿Recuerdas la historia de José y sus hermanos? Después de que fue vendido como esclavo y después de ascender a la posición de primer ministro, José se reúne de nuevo con sus hermanos cuando acuden a Egipto en busca de alimentos. (Los hermanos no reconocen a José porque está más viejo y ha dejado crecer su barba.) José los maltrata y los amenaza con tomar de rehén a Benjamín. Yehudá protesta con vehemencia, diciendo que su padre Jacob no podrá sobrevivir la pérdida de un hijo.
En este punto, José se revela a sus hermanos diciendo, "Yo soy José; ¿mi padre aún vive?" (Génesis 45:3) Esta fue la tojajá de José: "Tú dices que nuestro padre no sobrevivirá la pérdida de un hijo, pero ¿tuviste eso en cuenta cuando me separaste de nuestro padre hace 22 años?".
A nadie le gusta recibir órdenes. Por lo tanto, es justamente el acto de auto-entendimiento el que elimina la reacción defensiva... y produce una tojajá eficaz. José hizo que sus hermanos se dieran cuenta de la contradicción interna que había en su argumento. De la misma manera, Moisés, sólo insinuaba los pecados del pueblo indirectamente – por ejemplo, él se refirió al incidente del Becerro de Oro, nombrando la ciudad de Di-Zahav (que significa: "suficiente oro").
Dar tojajá no es algo cruel. Más bien, tojajá es la belleza de enfrentarse a la realidad cara a cara.

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Fui a Pescar
El Midrash (Tanna d'Bei Eliahu) cuenta la historia del Profeta Elías y un pescador. "¿Usted estudia Torá?", preguntó el Profeta Elías. "No", respondió el pescador, "sólo soy un hombre simple, desprovisto de talento o de inteligencia".
"Dígame algo", dijo Elías, "¿cómo prepara usted su red de pesca?".
"Bueno", dijo el hombre, "Es realmente muy complicado. En primer lugar debo escoger el calibre de la cuerda, y después debo tejer la red con un patrón particular para asegurar un equilibrio estable entre fuerza y flexibilidad".
"Y, ¿cómo hace usted para capturar los peces?", preguntó Elías.
"Oh", dijo el hombre, "eso involucra muchos factores complejos como la profundidad del agua, la temperatura, la velocidad de la corriente, la estación del año, la hora del día, el tipo y la ubicación de los peces, etc. He invertido muchos años para dominar estas técnicas, y hoy en día soy capaz de ganar mi sustento a través de la pesca".
"Cuando usted llegue al cielo", dijo Elías, "planea testificar que no estudió Torá porque es sólo un hombre simple, desprovisto de talento o de inteligencia. ¡Pero su experiencia como pescador refuta su propio argumento!".
¿Alguna vez escuchaste a alguien decir que no tenía tiempo para estudiar, o para visitar a su madre, o para hacer trabajo voluntario? Pero, ¿qué hay de todas las horas de televisión que vieron?
Esto es tojajá – pruebas irrefutables.

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Reproche con Amor
Por supuesto, a nadie le gusta recibir tojajá.
Pero, ¿acaso usted es perfecto? ¡Por supuesto que no! Si deseas alcanzar tu máximo potencial, entonces acepta las críticas constructivas. Pide ayuda para deshacerte de tus defectos. Cuando una persona se compromete a alcanzar un objetivo es capaz de aceptar increíbles dosis de regaños, críticas e insultos. ¡Piensa en lo que un atleta olímpico soporta voluntariamente de parte de los entrenadores!
Una de mis historias favoritas de todos los tiempos se cuenta sobre el Sfat-Emet, un famoso comentarista de la Torá (Polonia, siglo 19). Una vez cuando el Sfat-Emet tenía unos 12 años había permanecido despierto toda la noche estudiando Torá con un amigo. Cuando llegó la madrugada, rezaron el servicio de la mañana a primera hora y se fueron a la cama. Unas horas después, los chicos se despertaron y regresaron a la ieshivá, donde se encontraron con el abuelo del Sfat-Emet, el venerado rabino Itzjak Meir (conocido como el "Jidushei HaRim"). El rabino Itzjak Meir no sabía que su nieto se había quedado despierto toda la noche estudiando, y procedió a regañarlo por no haber asistido al servicio regular de la mañana (en la ieshivá). La reprimenda duró algunos minutos. El Sfat-Emet escuchó con atención, sin proferir una sola palabra.
Cuando el abuelo se había ido, su compañero expresó con incredulidad: "¿Por qué no te defendiste contra tan injustificado reproche?". "Porque...", contestó el Sfat-Emet, "...no todos los días recibo atención personalizada de mi venerado abuelo. ¡Y yo no quise perder tal oportunidad!".
Sin duda esto es lo que quiso decir el rey Salomón cuando dijo, "Dale tojajá a una persona sabia, ¡y te amará!" (Proverbios 9:8).

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Preocuparse lo Suficiente
Un último punto: Dar tojajá es una obligación de todos. No debemos hacer caso omiso de las necesidades de otra persona. Esta es la razón por la cual la mitzvá de tojajá se yuxtapone con el versículo: "No te quedarás quieto ante la sangre de tu prójimo" (Levítico 19:16).
Cuando realmente amas a alguien, no puedes soportar verlo viviendo una vida equivocada. ¿Quiénes son los que más te critican? Los que más te aman – tus padres. Ellos no pueden simplemente ignorarte diciendo, "él está perdiendo su tiempo, pero no nos importa", y esto es justamente porque te aman. Del mismo modo, la humanidad es una. Si una persona hace daño, todos lo sentimos.
Tenemos que encontrar la manera de ayudar. El Talmud (Shabat 119) dice que el Templo de Jerusalem fue destruido porque las personas no se reprendían unas a otras. Hoy en día, el Pueblo Judío se está desangrando a través de la asimilación. Tenemos que hacer un esfuerzo preventivo para acercar a los judíos a la Torá. Pero, ¿¡Cómo!?
Muy simple, siendo mejores modelos a seguir.
Dar tojajá no significa criticar, tirar piedras, o gritar más fuerte. La verdaderatojajá es demostrar a través de la acción y los hechos. Si los israelíes seculares no aprecian la calidez y la santidad del Shabat, esto es porque los judíos observantes no están guardando el Shabat de la forma adecuada. Si los judíos observantes proyectaran la belleza de la Torá, entonces la verdad sería evidente para todos. Sin argumentos, sin conflictos. De hecho, el Talmud dice que Moisés fue capaz de instruir a la gente sólo porque él ejemplificaba lo que predicaba.
Los sabios preguntan: Cuando llegue el Mesías, ¿cómo vamos a saber que es realmente él? La respuesta: ¡será obvio! Por supuesto, hay algunos factores técnicos, pero su identidad básica como ‘Mesías' será evidente. Él hablará palabras de Torá de forma tan dulce y clara, que nadie tendrá la necesidad de cuestionar su identidad. Será un torrente puro de energía positiva que aplastará todo a su paso. Esa es la verdadera belleza de la tojajá.

Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons
Publicado: 22/4/2010