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viernes, 23 de marzo de 2018

Valencia. (España). En la capital del Levante español había judíos desde época inmemorial

Valencia. (España). En la capital del Levante español había judíos desde época inmemorial, pero su mayor afluencia tuvo lugar al producirse la decadencia del Califato de Córdoba. Cuando el Jaime I el Conquistador, rey de Aragón (1213 – 1276) estaba por conquistarla, aquéllos le prestaron su apoyo, y como recompensa el monarca aragonés los incluyó generosamente en el reparto de bienes. En su crónica Llibre dels Feyts, especifica los límites de la amplia aljama (se afirma que los judíos constituían entonces un 7% de la población), que se hallaba principalmente en donde hoy se encuentra el Palacio de Justicia y la avenida que conduce al río Turia. Las concesiones del monarca ayudaron a repoblar la ciudad con la llegada de numerosas familias judías procedentes de Cataluña, Aragón e incluso del norte de África y hasta Marsella, familias que recibieron casas y tierras y que contribuyeron al fortalecimiento del barrio judío. Se dedicaban sobre todo a la producción de calzado, orfebrería y al comercio de productos agrarios. Un barrio que con el tiempo se convirtió en centro aislado y totalmente desvinculado del entramado urbano y social de Valencia y que, al contrario de lo ocurrido en otras ciudades, desapareció completamente con las reformas urbanas realizadas a partir del siglo XV. Se sabe que los judíos vivieron tranquilamente hasta los terribles sucesos de 1391, cuando la aljama fue objeto de un asalto general provocado por los disturbios antijudíos de ese año en la mayor parte de España. Luego intervino el gran predicador fray Vicente de Ferrer, que hizo tanto para borrar la presencia judía en toda la península, y procedía de tierras valencianas. Es interesante citar el testimonio de un visitante extranjero, Niklaus ven Poppan, que al estar en esa capital en 1484, afirma categóricamente que la cuarta parte de la población valenciana estaba formada de conversos, y que un porcentaje insignificante podía ser considerado como sinceramente cristiano. No es de extrañar, por lo tanto, que la Inquisición hiciera estragos entre ellos. En 1500 se descubrió una sinagoga clandestina en el hogar de donya Catalina Guioret, viuda de un hermano del converso Lluis Vives, el padre del gran escritor valenciano Juan Luis Vives. Ni hablar que la citada mujer y su hijo fueron quemados vivos, desde luego por el terrible pecado de profesar la fe judía. La antigua Sinagoga mayor de la judería, se levantaba donde ahora se halla el convento de San Cristóbal. El perímetro que ocupaba el barrio judío era: Desde la puerta situada en la plaza de la Figuera corría el muro por la derecha de la calle de Avellanas y del Milagro hasta San Juan del Hospital, donde pasando por la pared exterior de esta iglesia salía al Trinquete de Caballeros ó introduciéndose en la Congregación iba á unirse con la puerta de la Exerea. Desde aquí seguía por la calle de la Cullereta, plaza de las Comedias y Universidad á la puerta de En Esplugues. Desde esta puerta continuaba por la calle Hospital de Pobres Estudiantes, Horno de las Ratas, plazuela del Patriarca, calle de Libreros, plaza de Villarasa, calle de Cardona y plaza y calle de Luís Vives hasta llegar á la plaza de la Figuera donde tenía su principal entrada. Los condenados por la Inquisición, eran ejecutados publica y notoriamente en los patíbulos de la Plaza del Mercado, frente a la Lonja, y después, antes de que apestaran, eran trasladados a la casita llamada Carraixet (origen de Tavernes Blanques), donde los colgaban de las horcas hasta que caian a trozos, se pudrían al raso o se los comían los animales de rapiña. Una vez al año los miembros de la Cofradia de los Desamparados recogían lo que quedaba por tierra para enterrarlo piedosamente. En esta ermita se venera a la Virgen de los Desamparados. Durante el dominio de los almorávides (1050 – 1147), familias judías de esta localidad se refugiaron en Catalunya. Cuanto Jaime I “el Conquistador”, incorpora a Valencia a sus tierras (1232 – 1245), existía en esta ciudad un barrio judío, situado en la zona oriental del Rabbat al-Qadi, donde ahora se levanta la iglesia de Santa Catalina, y en 1244 les fue dado a los judíos valencianos como lugar de residencia, confirmando en 1273 el monarca los límites de la judería y garantizando a los hebreos que no sería trasladada a otro lugar. Cuando fue asaltada en 1391, se produjo el asesinato de aproximadamente 230 personas, cuyo único delito era ser judíos, extinguiéndose con ese desastre la judería de esta ciudad. La iglesia de San Cristóbal, era antes del asalto a la judería en 1391, la “Sinagoga mayor”, en su interior contenía un patio y un jardín. El 26 de mayo  de 1394 y por privilegio real se autoriza la creación de un cementerio nuevo a la aljama judía de Valencia. Sobre su solar se levantó en 1491 el convento de las dominicas de Santa Catalina de Siena, derribado en 1970 para edificar allí unos grandes almacenes comerciales “El Corte Inglés”. En la confluencia de las calles Pintor Sorolla y Doctor Romagosa. En la portada de la Catedral existe un Maguén David. El 26 de octubre de 1378, el obispo de Valencia D. Jaime de Aragón, concede licencia para que en la casa de Harón Rubio, sita en la Judería, parroquia de San Andrés, lindando con casas de otros judíos y con la antigua muralla de la ciudad se instituyera una casa de oración (Sinagoga), que como otra ya existente, tuviera treinta palmos de ancha, otros tantos de altura y cuarenta de longitud, construyendo en ella las cámaras o departamentos necesarios, y dotándola de bancos y tribunas. El monarca Pedro IV, atendiendo a la humilde súplica de Esdra de Padre, alias de Medina, judío de Valencia, concede licencia el 12 de mayo de 1379, para que pueda construir en aquel lugar de la judería valenciana que a él pareciera más oportuno, una casa de oración (Sinagoga), El domingo día 9 de julio de 1391 se produjo la revuelta popular que acabó con la vida de muchos de los judíos que moraban en la aljama valenciana, y al día siguiente el obispo con el clero tomo la Sinagoga Mayor y la dedicó a la invocación de san Cristóbal, por ello y en su recuerdo en Valencia se celebra la fiesta de san Cristóbal dicho día diez de julio de cada año, en lugar del veinticinco que es lo estipulado. Existían además las Sinagogas Menor y la de Camalhecit. El 20 de diciembre de 1392, se donan por los reyes a Antonio de Vitaclara, una Sinagoga que pertenecía a Abrahim Marban y era Cofradía de Comlehecet y otra que pertenecía a Harón Rubio; y que ambas estaban en la parte de la judería llamada del portal de En Esplugues, en la parroquia de San Andrés. Los grandes almacenes El Corte Inglés, en el centro de la ciudad, se levanta dando fachadas al Parterre, a la calle de las Barcas y a la de Don Juan de Austria. Ese lugar estuvo ocupado anteriormente por el convento de madres dominicas, llamado de Santa Catalina de Siena, construido en 1492 sobre los terrenos que, hasta entonces, habían constituido el Fossar dels Jueus, el cementerio hebreo, adscrito a la judería que se extendía muy cerca de allí, al otro lado de la citada calle de las Barcas.

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