Biblia y dinero La palabra diezmo nace de la palabra hebrea "maaser" o "maasrah", que significa: una décima parte. En el griego la palabra que designa esta "décima parte" es "apodekatoo" y, tanto en el hebreo como en el griego, estos términos significan el "pago o dádiva de una décima parte o porción." Otra definición dice que el diezmo (del latín decimus, décimo) es un impuesto del diez por ciento (la décima parte de todas las ganancias) que se debía pagar a un rey, gobernante o líder eclesiástico. El pueblo de Israel tenía que destinar al culto y al mantenimiento de sacerdotes y levitas la décima parte de ciertos frutos y animales, no dinero (ver Dt 14:22; Lv 27:32). Era un verdadero impuesto religioso que se tenía que dar una vez al año, no todos los meses ni semanalmente (Dt 14:22). Los fariseos llevaron esta práctica del diezmo religioso hasta la exageración, dando la décima parte de las cosas más diminutas y de insignificante valor, tales como la menta, el eneldo y el comino, pero con olvido de la humildad, la justicia, la misericordia, la fe y el amor, lo cual es una grave equivocación (Mt 23:23; Lc 1:42; 18:12). Nos adentraremos en las Sagradas Escrituras para examinar con detenimiento todo lo relativo al diezmo, si debemos practicarlo los cristianos, si está bien cómo se practica, si realmente nos trae bendición el darlo, etc. Tal vez nos asombremos de muchos detalles que desconocíamos, pero la Palabra de Dios, que es la regla suprema de fe y conducta para la iglesia y el creyente, nos los enseñará. El diezmo en las Sagradas Escrituras Dios pidió que la tribu de Leví fuera sustentada con el 10% de los frutos del pueblo de Israel, para que los sacerdotes levitas se dedicaran a tiempo completo al servicio del tabernáculo; y esto debían hacerlo desde los 25 años hasta los 50, que era cuando debían retirarse (Nm 8:24-25). Dios, para evitar corrupción dentro del pueblo de Israel, ordenó que siempre el diezmo fuera dado en productos: trigo, vino, aceite, animales, etc., los cuales eran guardados en el “alfolí”, que era un lugar que se encontraba en el templo y que servía de bodega para almacenar los productos generados por el diezmo. Era la manera de sustentar la tribu israelita de Leví, la cual no podía poseer heredades, sino que su heredad era el 10% de lo que rindiere el producto de la tierra y los ganados de todas las tribus de Israel, es decir sus ganancias después de haber sacado los gastos necesarios (vestido, techo y comida), pues su labor era dedicarse a ministrar el tabernáculo de Jehová. Del producto del alfolí se sustentarían todos los sacerdotes y sus familias. Es falso pensar que ahora se puede diezmar con dinero en lugar de los alimentos por el hecho que no se manejaba como en la actualidad, sino que era más común el trueque de alimentos. Pero en el Génesis se utiliza la palabra dinero alrededor de 44 veces antes de que se mencione el diezmo por primera vez en Levítico 27. Por ejemplo, con el dinero se compraban personas para hacerlas esclavas (Gn 17:12), recargos del santuario (Éx 30:12), impuestos del censo (Nm 3:47), etc. Cuando ya no se tenía dinero era que se recurría al trueque (Gn 47:15-17). Muchos líderes cristianos afirman: “El diezmo es bíblico, porque se nombra muchas veces en la Biblia”. Eso es cierto, pero lo que no dicen es que siempre se menciona para el pueblo de Israel, nunca para la Iglesia. (Lv 27: 34). En la actualidad se incluyen dentro de las obligaciones para los creyentes preceptos de la Ley que aportan algún beneficio material, como el diezmo y la fiesta de las primicias. Pero no se ha puesto interés alguno para incluir en las iglesias la fiesta de Pentecostés, ni ninguna de las seis fiestas restantes que se mencionan en Levítico 23. Si se les pregunta: ¿por qué no guardan la fiesta de Pentecostés, o la de los Tabernáculos, o la fiesta de las Trompetas? Ninguno dudaría en responder: “Porque eran para el pueblo de Israel”. Y qué del diezmo. La fiesta de las primicias, como las otras seis fiestas corresponden al calendario judío, para celebrarlas una vez al año. Algunos líderes sacan de contexto pasajes para infundir miedo psicológico a sus seguidores si no dan el diezmo; como por ejemplo: “Vosotros me habéis robado vuestros diezmos” (Mal 3:8). Pero omiten el resto del pasaje, violando todas las reglas de la hermenéutica y de la exégesis bíblica. Malaquías 3:2 y 6, nos explica que los hijos de Jacob (Israel) no estaban entregando el diezmo para sustentar a los sacerdotes y levitas (no para un solo hombre) para trabajar para el pueblo y Dios. La obligatoriedad del diezmo únicamente le concierne al pueblo de Israel por lo que no es universalmente obligatorio como muchos tratan de hacérnoslo ver. En el v.10 Dios promete dar “bendición hasta que sobreabunde” al pueblo de Israel, si primeramente cumplen con la Ley: “Traed todos los diezmos (frutos de la tierra no dinero) al alfolí (cuarto de almacén) y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Los israelitas estaban bajo la Ley y debían cumplirla para que Dios les bendijera, así que los reta para que al cumplir la Ley Él pueda probar su fidelidad, su parte del trato. Los judíos a quienes se dirigía el profeta no confiaban en Dios, por eso el Señor los reta a que lo “prueben”.Así que este pasaje no tiene valor para el cristiano, ya que estamos bajo la gracia, y no podemos ni debemos probar a Dios; Él no nos va a bendecir por cumplir parte de la Ley; además no podemos probar a Dios porque sería ofenderlo principalmente por haberlo dado todo por nosotros, nos dio a su Hijo: “… ¿Cómo no nos dará con él también todas las cosas?” (Ro 8:32). Si usted depende de la Ley, dice Pablo: “todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” (Gal 3:10) está bajo maldición si no cumple absolutamente toda la Ley como dijo Santiago: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.”; así que no sirve de nada ser un diezmador fiel sin no cumple los 613 preceptos de la Ley. Deesto concluimos que el autor sagrado se está dirigiendo a los que guardan la Ley, al pueblo de Israel, no a la Iglesia. En otras palabras, con este pasaje algunos líderes cristianos están diciendo que si alguien no paga, no es salvo; y no tiene lógica y es una enseñanza antibíblica; la salvación es por fe y no por obras. Otro dato curioso y que no cumplen los que piden el diezmo, es que por dos años, el diezmo debía ser llevado al tabernáculo, y guardarlo en el alfolí, pero al tercer año el diezmo de ese año debía ser entregado directamente en las aldeas locales, y ponerlo a disposición, no sólo de los Levitas, sino también de los “extranjeros, los huérfanos, y las viudas” (Dt 14:28-29; 26:12-14), de lo cual no cumplen, y casi me atrevo a asegurar en un gran porcentaje de las iglesias que cumplen el diezmo no lo realizan; no estaría mal que las iglesias hicieran compartir el diezmo con la comunidad formada por los extranjeros, huérfanos y viudas que hubiera en la población alrededor de la misma. ¡Aunque fuese cada tres años! Recordemos que en el Nuevo Testamento tenemos instrucciones respecto a cómo las iglesias y los creyentes deben cuidar de las viudas y los huérfanos. Otro dato mucho interesante es Nm 18: 20-28; en estos versículos: 1) se repite que el diezmo será para “los hijos de Israel” y 2) que por tres veces se repite que los levitas no tendrán propiedad de tierra alguna. Así que, si lo aplicáramos en la actualidad, ningún líder o pastor podría contar con ni tan siquiera una parcela o carro propio; esto haciendo cumplir como lo estipuló Dios en la antigua Ley del Diezmo. Notemos algo muy importante: en toda la Biblia se observa que el diezmo era dado por los propietarios de las tierras y de los animales, que era lo que se recibía como diezmo. Los sirvientes o jornaleros no diezmaban, ya que ellos tenían remuneración monetaria de lo cual no daban nada. También cuando se recorrían distancia muy largas y no se podía llevar el diezmo en especies por la incomodidad se vendía todo y se llevaba el dinero y se compraba luego en el lugar, y hasta podían disponer de algunas cosas según dictara su corazón (Dt 14:22-26). La Leydel diezmo del Antiguo Testamento fue quitada cuando Cristo murió en la cruz y no antes (Col 2:14, Gál 5:1; Stg 1:25). En Heb 7:5-12 se vuelve a señalar que el diezmo era de la Ley. En este mismo capítulo 7 de Hebreos indica también con mucha precisión que ahora, en la gracia, no existen los sacerdotes levitas, porque hubo un cambio de sacerdocio y de ley: “Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley”. La obligación de dar el diezmo siempre ha sido para los judíos, para los que están bajo la Ley. La única vez que se menciona el diezmo fuera de la Ley, y sólo fue una vez, fue cuando Abraham dio el diezmo de su victoria sobre los reyes que habían llevado prisionero a su sobrino Lot. Lo dio una sola vez, y no fue un pago mensual: “dio” en esa oportunidad el diezmo, pero jamás dice que “pagó el diezmo”. Está muy claro que estos bienes o despojos no eran de Abraham, eran de los reyes que había derrotado, no fue fruto de su trabajo ni de sus tierras. Pero también hay que acordarse de que por último Abraham no se quedó con nada, se lo dio todo a Melquisedec (“Que no tomaré ni un hilo, ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es tuyo, para que no digas después: 'Yo enriquecí a Abram' ” Gn 14:23). Se ha de notar que no existe ninguna disposición en la Biblia para que alguien puede tomar el lugar de Melquisedec, tipo de Cristo, para exigir diezmos. En Heb 7:2 dice que Abraham le dio a Melquisedec “los diezmos de todo”, pero en Gn 13:2 dice: “Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro”. Pero, ¡que sorpresa! De toda esta grande riqueza, Abraham no le dio a Melquisedec un pelo de su ganado ni un solo pedacito de su plata y oro; le dio los “diezmos del botín”Heb 7:4.Este pequeño y único detalle basta para cambiar todo el panorama. Los únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento en donde se menciona el diezmo (Mt 23:23; Lc 11:42; Heb 7:5:12) fueron básicamente para reprender a los fariseos por hipócritas, y para recordar a Abraham cuando en una ocasión “dio” el diezmo. Así que nunca se pidió a ningún cristiano pagar el diezmo. En el sermón de la montaña, donde Jesús ratificó las verdaderas demandas de la Ley, no hizo ninguna mención al diezmo: ¿se le habrá olvidado a Jesús ese detalle tan importante? Si el diezmo fuera una obligación para el cristiano, ¿no parece extraño que no se menciona ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento? Entonces, ¿por qué las iglesias piden el diezmo? La iglesiacristianaprimitiva promovía la ofrenda voluntaria, y ésta se debía hacer en secreto. El diezmo en la Iglesia primitiva era inexistente. Las enconadas discusiones de Pablo con los que promovían la restauración de ciertas observancias de la Ley, cómo la circuncisión, hace suponer que siendo el diezmo una regulación mínima en comparación con otras leyes ya impracticadas, su sola sugerencia hubiese dado lugar al reproche. Pablo llamaba a estos restauradores "judaizantes". Además, los judíos en la actualidad no diezman. Los rabinos judíos, quienes en teoría deben de conocer y saber aplicar mejor Ley Mosaica, no cobran diezmos porque ellos saben que únicamente los levitas pueden cobrar el diezmo.A causa de la destrucción de los archivos genealógicos en la destrucción del Templo en el año 70 d.C., ellos no pueden identificar a los verdaderos levitas. Usan un sistema diferente para sustentarse económicamente, que trata de tantos dólares por cada asiento en sus sinagogas, y así poderle dar mantenimiento y sostenerse económicamente.Entonces, ¿podría algún líder probar que es descendiente directo de Aarón para tener el derecho de pedir el diezmo? El dinero no tiene poder ni beneficio alguno para las bendiciones o dones de Dios: “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” (Hch 8:20). Y cuantos hoy en día dan donaciones (diezmos y ofrendas) no por caridad sino por interés, para que les vaya bien en la vida (sanar, conseguir trabajo, salvación de un familiar, solucionar un problema familiar o hasta amoroso) están equivocados. Si esto es cierto, entonces estamos viendo restauradas las famosas indulgencias de la edad media, que dieron inicio a la reforma líderada por Martín Lutero. El diezmo fue una práctica divina para sustentar a los sacerdotes levitas, y debía ser entregado en especies, nunca en dinero. A diferencia de esto, ahora, no existe el diezmo ni la promesa de que recibiremos más prosperidad terrenal, todo lo contrario, ahora se nos pide que no nos hagamos de tesoros aquí en la tierra, sino en el cielo. Los primeros cristianos dieron todos sus bienes para repartirlos entre la Iglesia, pero ninguno de ellos llegó a ser rico. Si alguien le dice que debe de pagar en forma obligatoria el diezmo, no estaría dando libremente como propuso en su corazón, sino que sería una imposición.Guardar la Ley es algo que ofende a Dios, porque las obras de la Ley son obras muertas ( Heb 6:1 ), es decir, obras de mera ceremonia. En el Nuevo Testamento vemos que la iglesia se financia con ofrendas, no con el diezmo ( 1 Co 16: 2; 8:1-12 y 2 Co 9:7 ). También recordemos que los primeros cristianos estaban en la obligación de dar hospedaje a los ministros de la Palabra: “ Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles. Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad. ” 3 Juan 5-8 (Hechos 6:14-15; 18:1-3,7). Además, cuando Cristo envió a los doce y luego a los setenta, no les enseñó a cobrar diezmos sino a quedarse en los hogares de los justos y a comer lo que les pusieran delante, nunca solicitaron hoteles de cinco estrellas ni limusina ( Mt 10:5-15; Lc 10:1-12 ). En resumen 1 - El diezmo fue mandado por Dios entregarlo en productos a los sacerdotes levitas, nunca en dinero, porque estos no podían poseer propiedades y para que no hubiera corrupción. 2 -El diezmo era de la Ley ( Mt 23:23 ), según la ley ( Heb 7:5 )
2002 Frank Paya
paya@ctv.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario