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martes, 18 de noviembre de 2014

Exilio y Retorno, Segunda Parte

Miketz(Génesis 41:1-44:17)


Los sabios enumeran cuatro "exilios" que el pueblo judío ha sufrido desde el primer asentamiento en la Tierra de Israel hace 3300 años. Cada uno de estos exilios es cualitativamente diferente, en el sentido que los opresores se centraron en el arrancamiento de diferentes aspectos de la vida y de la práctica judía. Los cuatro exilios son los siguientes:
Nafshí (emocional) – El tirano babilónico Nabucodonosor quería que el pueblo judío se sometiera emocionalmente a él y a su idolatría. Ellos se negaron, por lo que Nabucodonosor destruyó el Primer Templo y envió a los judíos de "paseo" a Babilonia.

Gufaní (físico) – Mientras vivieron bajo el dominio Persa, los judíos experimentaron un exilio que amenazó con aniquilarlos (en el sentido físico) a través de las maquinaciones genocidas de Hamán, el villano de la historia de Purim.

Sijlí (intelectual) – Bajo el dominio de los griegos, los judíos fueron objeto de duros decretos que prohibían la Torá y su relación con Dios. El apogeo de la filosofía y de la cultura griega, descrito en la historia de Januca, amenazó con extinguir el pensamiento intelectual judío.

HaKol (combinación) – El exilio actual comenzó hace 2000 años con la destrucción romana del Segundo Templo y la dispersión de los judíos hacia los cuatro rincones del planeta. Durante este tiempo, los judíos han sido sometidos a una terrible combinación de todos los demás exilios; persecución perpetua, expulsión, humillación, asesinato en masa, y más.
 
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Guiño de un Ojo
En cierto sentido esto es terriblemente deprimente. Sin embargo, la parashá de esta semana, que leemos cada año durante Januca, contiene un mensaje inspirador.
La parashá comienza con Yosef sentado en un calabozo en la prisión de Egipto. Con mucho frío, hambriento, desaseado y con la barba crecida. Mientras tanto, arriba en el palacio, el Faraón tiene sueños esotéricos que nadie es capaz de interpretar. El sirviente habla y recomienda a Yosef como una posible solución. La Torá (paráfrasis de Génesis 41:14-46) describe lo que ocurre a continuación:
"El Faraón mandó a buscar a Yosef, y lo sacaron apresuradamente del calabozo. Lo afeitaron, cambiaron su ropa, y fue llevado delante del Faraón. Yosef procedió a interpretar los sueños correctamente. El Faraón quedó impresionado... pusieron una cadena de oro alrededor de su cuello, y le concedieron el título de Primer Ministro". Un sorprendente giro en los acontecimientos: de la cárcel al palacio en dos minutos.
Aun más, la experiencia de Yosef es un atisbo de lo que vendrá. Como dice el Midrash: "Maasé Avot Simán L'Banim", los acontecimientos de los antepasados predicen los eventos futuros de sus hijos.
Unos cuantos cientos de años más tarde, los judíos comen matzá mientras salen de Egipto. ¿Por qué? Los judíos escaparon con tanta prisa que no tuvieron tiempo para que el pan leudara. La redención, un giro en 180 grados de la esclavitud a la libertad, ocurrió en segundos. Como dice el verso, "Dios salva tan rápido como el guiño de un ojo".
El Jafetz Jaim explica que así también se llevará a cabo la redención en el futuro. De hecho, el Talmud dice que si alguien toma un voto sobre si mismo de "no beber vino el día que llegue el Mesías", entonces esa persona nunca puede beber vino. ¿Por qué? ¡Debido a que el Mesías puede llegar en cualquier momento! Como registra Maimónides en sus "13 Principios de Fe": "Creo con total fe en la venida del Mesías, y aunque pueda retrasarse, sin embargo, cada día anticipo que el vendrá".
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Revirtiendo Nuestra Fortuna
¿Cuál es la clave para revertir nuestro exilio y lograr la redención?
En los tiempos de los Macabeos, cuando los griegos atacaron a Jerusalem, no quisieron destruir el Templo o quemarlo. Por el contrario, quisieron profanarlo. Ellos ofrecieron sacrificios de cerdos y colocaron una estatua de Zeus en el Templo.
Los griegos no querían destruir totalmente la vida judía. Por el contrario, ellos buscaron "le-jalel", literalmente, hacerla vacía. Querían arrancarle el corazón y el alma al judaísmo. Debilitar su núcleo divino y reducirlo al simbolismo.
Esto explica por qué los griegos cuidadosamente rastrearon el Templo en busca de frascos de aceite puro (que llevaban el sello del Sumo Sacerdote). Ellos sabían que profanando el aceite apagarían la luz de la Menorá, la luz de la Torá, que reflejaba la profundidad y el significado de la vida judía. Los griegos sabían que esta era la mejor manera de "conquistar" a la nación judía.
Por lo tanto, el camino para revertir un ataque de este tipo es dándole nuevamente significado al judaísmo.
Nuestro antepasado Jacob conocía bien esta lección. En Génesis 46:28, antes de que toda su familia descendiera a Egipto, dando inicio a lo que sería un brutal período de esclavitud, Jacob envió previamente a Yehuda para que hiciera los preparativos en Goshen. El Talmud pregunta: ¿Qué preparativos hizo Yehuda? Él construyó una yeshivá, una casa de estudio de Torá. A través del estudio de la Torá, a través del descubrimiento de la profundidad y del significado, creamos luz en el mundo y ahuyentamos la oscuridad del exilio.
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Luz y Oscuridad
Ocurre que Januca, es la época propicia para verter luz en el mundo. La ley judía dice que idealmente la menorá debe colocarse fuera de la puerta principal, con el fin de dar a conocer el milagro. Esto también tiene un significado más profundo. La mezuzá se coloca en el costado derecho de la puerta de nuestra casa, y nosotros, añadimos la menorá en el lado izquierdo, de esta manera la casa está "rodeada de mitzvot". ¿¡Qué mayor proclamación de orgullo judío podría haber!?
Januca se celebra en invierno, la temporada durante la cual se hace presente físicamente la menor cantidad de luz cada día. Del mismo modo, los acontecimientos de Januca hablan de la reconexión del pueblo judío durante una época de oscuridad espiritual. Cada noche, a medida que aumentamos el número de velas encendidas en la menorá, simbólicamente aumentamos nuestro compromiso para incorporar la luz de la Torá en nuestras vidas.
Como se ha señalado, los cuatro exilios judíos están representados por las palabras "Nafshí (emocional), Gufaní (físico), Sijlí (intelectual), y HaKol (combinación). Las iniciales de cada una de estas cuatro palabras hebreas son Nun, Guimel, Shín y Hey, precisamente las mismas cuatro letras sobre el dreidel (la perinola) de Januca. (En el dreidel las iniciales simbolizan la frase "Nes Gadol Hayá Sham", un gran milagro ocurrió allí).
Sorprendentemente, estas cuatro letras son también las mismas cuatro letras de la palabra "Goshna". ¡Este es el lugar donde Yehuda construyó la yeshiváen Egipto! La reversión de nuestro exilio se logra a través de la luz de la Torá.
Existe un giro fascinante a esta idea de las letras del dreidel. Hoy en día, los dreidels en Israel tienen una letra diferente; Nun, Guimel, Shín, Pey, deletreando "Nes Gadol Hayá Po", un gran milagro ocurrió aquí. Por lo tanto, en lugar de las cuatro letras que forman la palabra "Goshna", un dreidel israelí dice "Gofná", que significa "vino".
Sorprendentemente, cuando Jacob bendice a sus hijos antes de morir, la bendición que le da a Yehuda, de quien desciende el Mesías, es una bendición que habla del vino (Génesis 49:11). Y el Talmud (Brajot 57a) dice que un sueño de vino predice la venida del Mesías.
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Conquistando el Exilio
A veces, el mundo puede parecer un poco deprimente. Confusión, ira. Los celos y la codicia dominan las noticias, y a menudo nuestras relaciones sociales y comerciales también. La capa de ozono, la corrupción en el gobierno, el terrorismo, las enfermedades. ¡Las cosas se ven difíciles!
Necesitamos la esperanza de la redención.
En 1943, en el campo de concentración de Bergen Belsen, judíos devotos se reunieron en secreto para encender las velas de Januca. Después de recitar la bendición "Quien hizo milagros para nuestros antepasados, en aquellos días, en esta época", el Rebbe de Bluzhever irrumpió en sollozos, a esa altura ya había perdido a su esposa, a sus 10 hijos y a sus nietos.
El Rebbe dijo: "Podemos preguntarnos mientras estamos aquí en el hoyo Nazi de la muerte, ¿dónde están los milagros para nosotros hoy? Sin embargo, de una cosa estoy seguro; así como Dios sacó a los Macabeos de la oscuridad, y así como Él ha preservado al pueblo judío a través del tiempo, así el pueblo judío sobrevivirá a esto también".
El Rabino Ezriel Tauber, empresario y estudioso de la Torá en Nueva York, dice que fue capaz de sobrevivir el Holocausto porque todos los días, su padre lo alentaba y le decía: "No desesperes hijo mío, el rescate puede venir en cualquier momento".
Nuestra tarea es seguir concentrados en la Torá, nuestra única salvación en este mundo de locura. Y en el mérito de las velas de Januca. Que seamos capaces, con la ayuda de Dios, de presenciar el final de exilio judío de una vez y para siempre.

No te pierdas la próxima semana la Tercera Parte de "EXILIO Y RETORNO"

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