Vaishlaj(Génesis 32:4-36:43)
En la parashá de esta semana encontramos a Jacob cruzando el río Jordán para entrar a Israel. Además de una familia de 15 personas, las huestes de Jacob incluían un montón de funcionarios, grandes rebaños de cabras, camellos, burros y ganado. Cruzar exitosamente el Jordán ¡era un proyecto bastante complejo!
Después de cruzar a todos al otro lado del río, la Torá dice que "Jacob permaneció solo" (Génesis 32:25). Pero, ¿por qué se quedó solo al otro lado del río? El Talmud (Julín 91a) dice que "Jacob olvidó algunos pequeños jarros de barro y regresó a recuperarlos".
¡Esto es difícil de entender! Aquí está Jacob, un hombre extremadamente rico, y se está arriesgando a cruzar el río nuevamente para recuperar ¡unas cuantas jarras baratas! Esto tiene tanto sentido como tendría el hecho de que Bill Gates hiciera un viaje especial y cruzara toda la ciudad ¡para recoger un centavo que se le cayó en alguna parte!
Por supuesto, uno debe calcular el valor de su tiempo antes de emprender la tarea de recuperar los bienes perdidos. Pero Jacob entendía que todas las posesiones que Dios nos da tienen un propósito. De esta manera, cada posesión es una joya preciosa que espera ser inundada con significado y propósito. Para Jacob, el hecho de que eran jarras baratas no tenía ninguna implicancia. El mundo está lleno de potenciales que esperan ser descubiertos.
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Valor Intrínseco
En el relato de la creación que aparece en la Torá, Dios le ordena a la tierra que produzca vegetación, incluidos los "Etz pri osé pri", árboles frutales que producen frutas (Génesis 1:11). Sin embargo, el versículo podría haber dicho simplemente "árboles que producen frutas". ¿Por qué decir de manera redundante "árboles frutales que producen frutas"?
Los comentaristas explican que Dios no sólo quería que el árbol produjera frutos, sino que también la madera del árbol fuera "frutosa". Vemos de aquí que la madera del árbol no es sólo el medio para un fin, sino que intrínsecamente tiene un valor en sí misma.
Así también todas las cosas en nuestro mundo.
El Rabino Ezriel Tauber explica este concepto con una metáfora: Digamos que estoy sediento, entonces, le pido a un amigo que me traiga agua. Él me trae agua en un vaso desechable, ¿y qué debo hacer? Beberé el agua y tiraré el vaso.
Pero ahora digamos que estoy vagando en el desierto y que estoy muriendo de sed. Por lo tanto, levanto los ojos al cielo y digo: "Dios, estoy muriendo, por favor haz un milagro ¡y envía agua!". Y he aquí, una mano baja desde el cielo y me da agua en una vaso desechable. Por lo tanto, yo voy a beber el agua... Pero ¿qué pasa con el vaso? No voy a tirarlo lejos, un vaso del Cielo ¡es un gran recuerdo! Ya que Dios podría haber enviado el agua de la forma que quisiera: Podría haber enviado lluvia, o creado un oasis, o simplemente podría haber abierto mi boca y haber vertido el agua en ella. Por lo tanto, el hecho de que Dios incluya un vaso desechable implica que Él no sólo quería darme agua, sino que quería darme también el vaso.
Nuestras vidas están llenas de objetos, utensilios, personas e ideas. Cada una de estas cosas tiene su propio propósito y significado, a la espera de ser descubierto.
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Ser un Tzadik
Todos hemos oído el término "Tzadik", una persona perfectamente justa. Pero, ¿qué define a un Tzadik? ¿Buenas acciones? ¿Un comportamiento piadoso? De hecho, estos son atributos. Pero lo que realmente define a unTzadikes el hecho de que él ve claramente que cada posesión y cada situación en su vida proviene directamente de Dios. En este sentido, todo en la vida es significativo.
Esta perspectiva es enfatizada nuevamente en nuestra parashá. Después de 20 años de separación, Jacob se reúne con su hermano gemelo Esav. Al describir su estado actual, Esav dice: "Yo tengo un montón". Jacob dice "Yo tengo todo" (Génesis 33:9-11).
La diferencia es sutil, pero en realidad expresa mucho. Esav está diciendo: "Tengo un montón...", ¡pero seguro podría necesitar más! Mientras que Jacob está diciendo: "De acuerdo a mi papel en el grandioso plan eterno de Dios, tengo todo, exactamente todo lo que necesito". Cada cosa es un regalo especial de Dios. Cada cosa es una oportunidad para acercarse a Dios.
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¿Vida Desechable?
Hoy en día, la sociedad está plagada con una enfermedad llamada "desechabilidad". Hemos olvidado el principio de que "todo tiene valor". Cuando se rompe una tostadora, compramos una nueva. Cuando una camisa se rasga, compramos una nueva. Y, ¿cómo se traduce esto subconscientemente en nuestras relaciones? Cuando un matrimonio es aburrido, ¿conseguimos uno nuevo?
¿Cómo afecta la "desechabilidad" al valor global que la sociedad le da a la vida? ¿Cómo impacta la conservación del medio ambiente?
En Deuteronomio 20:19, la Torá nos ordena no cortar árboles frutales. Esto se extrapola de una prohibición general en contra del derroche, llamada "Bal Tashjit". Al igual que en el Jardín del Edén, el árbol frutal representa las cosas que tienen un valor intrínseco. Y el principio se aplica a todo en la vida.
Haz un balance de tus herramientas. Tus talentos, ideas, amigos, recursos. Averigua su significado y propósito. Agradece por todo lo que tienes. No te apresures en desechar las cosas. Reconoce cómo la vida está ordenada exactamente en la forma en que debería ser. Y actualiza toda la belleza y el potencial de este momento y de cada momento que vendrá en el futuro.
Shabat Shalom,
Rav Shraga Simmons
Rav Shraga Simmons
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