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lunes, 9 de mayo de 2016

España en mapas (III): Cuantificación y distribución de los hidalgos en 1787


La hidalguía, hasta el primer tercio del siglo XIX, no debemos considerarla como el concepto difuso y romántico que es en la actualidad, sino como la pertenencia al Estado Noble, el estamento privilegiado del Antiguo Régimen. Mientras que en la mayor parte de Europa los nobles constituían una muy exigua minoría, en España la hidalguía tuvo una presencia más que notable en determinadas zonas. Los genealogistas debemos ser conscientes de la trascendencia que tuvo e incluso de las posibilidades que existen de encontrar antepasados hidalgos en función del lugar de origen de éstos.
Veamos por tanto cuantos hidalgos había en España y en qué lugares residían, siguiendo la rigurosa visión de conjunto que nos ofrece el conocido como Censo de Floridablanca, realizado entre 1785 y 1787.
Tengamos en cuenta que hubo otros recuentos y padrones en fechas anteriores, como el Censo de Aranda de 1769 y el Castilla de 1591, llamado de Tomás González, pero o bien son parciales, presentan notables lagunas o se estiman significativamente inexactos. Consideremos además que vamos a conocer la situación en un año muy concreto y que las cifras y porcentajes tanto de cada provincia como respecto del total de España no serían los mismos si pudiéramos compararlos con otra época histórica; la hidalguía evolucionó desde su mismo nacimiento y los pleitos individuales y colectivos por el reconocimiento de este estatus o su negación fueron una constante hasta la llamada “confusión de estados”, la desaparición de la división entre los estados llano, noble y eclesiástico en la década de 1830.
El objetivo principal de este censo de Floridablanca era cuantificar la población de toda la España Peninsular, Baleares y Canarias junto con algunos datos complementarios. Cifra de habitantes y su distribución por sexo, edades y estado civil, algunos indicadores básicos como el número de hospitales, colegios, casas de expósitos, hospicios y prisiones. Se solicitaba también una información tremendamente detallada acerca de los religiosos. Finalmente, dentro de un heterogéneo apartado sobre oficios, una de las respuestas a cumplimentar era el número de vecinos hidalgos en cada población.
Todo este conjunto de información se agregó en provincias o territorios de mayor entidad dando lugar a plantillas de información como esta que podemos ver referida a Cataluña (puede consultarse el detalle provincial en el facsimil digital que ha publicado laBiblioteca Digital de Castilla y León):
floridablanca cataluña
 Agrupadas las plantillas en un único total nacional, el censo arroja la cifra de vecinos hidalgos en España: 480.589. Cantidad que desgraciadamente no podemos contrastar con la del total de vecinos del país puesto que este dato no se recogió. Sí conocemos la suma de personas censadas: 10.268,150 habitantes.
¿Podemos contraponer ambas cifras, que nos arrojarían un porcentaje del 4,68% de hidalgos en España? Obviamente no, se trata de dos parámetros diferentes. Por vecino se entiende al cabeza de familia de cada hogar, con quien podían convivir varias personas. Si un vecino poseía hidalguía, también la gozaban el cónyuge, los hijos y descendientes así como muy probablemente otros parientes que vivieran en la misma casa.
Para intentar estimar la población total de hidalgos disponemos de una referencia muy interesante, la vizcaína. Como esta provincia gozaba de hidalguía universal, partiremos de contraponer los 54.250 vecinos hidalgos respecto a una población total de 114.863 habitantes. En consecuencia, si el 100% de sus habitantes gozaban de hidalguia, tras cada vecino hay un promedio de 2,11 personas, resultado de dividir el número de habitantes por el de hidalgos. Extrapolándolo a las demás provincias este mismo factor multiplicador, obtenemos los siguientes datos:
Unidades territorialesVecinos hidalgosPoblación hidalga estimadaTotal de habitantes% de hidalgos
Vizcaya54.250114.863114.863100,00%
Guipuzcoa50.502106.923119.12889,75%
Asturias114.274241.941345.83369,96%
Burgos134.056283.823460.39561,65%
Alava12.16125.74770.71036,41%
León22.01646.612248.16818,78%
Toro6.64314.06591.53215,37%
Villa de Madrid8.61818.246147.54312,37%
Navarra13.05427.638224.54912,31%
Ceuta3206787.0769,57%
Valladolid6.49813.758192.6617,14%
Soria4.5439.618169.4035,68%
Palencia2.3144.899111.1434,41%
Aragón9.14419.360614.0703,15%
Murcia4.7049.959332.4743,00%
Galicia13.78129.1771.340.1922,18%
Extremadura3.7247.884412.0411,91%
Andalucía6.06212.834738.1531,74%
Cuenca1.9994.232263.9271,60%
Canarias9071.920167.2431,15%
Jaen8741.850173.4751,07%
Menorca13528627.7281,03%
Toledo1.5173.212327.5830,98%
Cordoba9992.115231.1390,92%
Mallorca5091.078134.7870,80%
Castilla la Vieja27558273.8900,79%
Madrid19942158.2730,72%
Segovia5081.076165.8050,65%
Guadalajara345730112.7500,65%
Granada1.9794.190652.9900,64%
Ciudad Real6031.277204.4360,62%
Salamanca5671.200206.1070,58%
Pardo125680,37%
Cataluña1.2662.680801.6020,33%
Valencia1.0762.278771.8810,30%
Avila156330113.7620,29%
Orán6137.7930,16%
Ibiza y Formentera4813.6370,06%
Nuevas poblaciones007.8680,00%
San Ildefonso004.2870,00%
Aranjuez002.5930,00%
Melilla y presidios menores002.0940,00%
San Lorenzo001.9980,00%
Total480.589,001.017.50310.268.1509,91%
Fuente: Censo de Floridablanca de 1787
Estimaremos por tanto que en torno a un millón de personas gozaban de hidalguía, un 10% de la población. Cifra que se concentraba esencialmente en cuatro provincias: Burgos (que en aquel momento incluía la actual Cantabria), Asturias, Vizcaya y Guipuzcoa, donde residían casi tres cuartas partes de los hidalgos españoles en 1787. Ello contrasta significativamente con el peso demográfico relativo que tenían; su población apenas suponía el 10% del total de España, lo que nos refleja la muy desigual distribución de la hidalguía en el país:
Comparativa que nos muestra la desigual distribución de los hidalgos en la España de 1787. Casi tres de cada cuatro residían en las provincias de Burgos, Asturias, Vizcaya o Guipuzcoa mientras que en conjunto éstas apenas suponían un 10% de la población total del país.
Si observamos en un mapa el porcentaje de hidalgos respecto al total de habitantes de cada territorio podremos obtener algunas conclusiones interesantes:
Porcentaje de hidalgos en España
 Porcentaje de hidalgos en España
El mapa nos muestra tres Españas bien diferenciadas en cuanto al porcentaje de población noble. Por una parte, destaca el núcleo de Burgos, Asturias, Guipuzcoa, Vizcaya y en menor medida Álava, lugares donde este estamento supera o tiene una muy fuerte presencia respecto al Estado Llano. Como zonas con una densidad bastante inferior pero aún significativa podemos situar al resto de la mitad norte de Castilla la Vieja y de León, Navarra, la ciudad de Madrid y la plaza de Ceuta. En los demás territorios, Galicia, el conjunto del antiguo reino de Aragón, la mitad sur castellana y leonesa, Andalucía, Extremadura y las Canarias los hidalgos suponían realmente un segmento de población muy minoritaria, en muchos casos por debajo del 1% del total de habitantes.
Estos datos al genealogista le pueden ayudar a situar, por ejemplo, qué trascendencia tenía la hidalguía en unos lugares y otros. En general, a mayor porcentaje de hidalgos es previsible que este estatus, per se, no suponga un factor de relevancia social, y viceversa. En lugares como Asturias o Vizcaya eran hidalgos desde los grandes señores a quienes labraban la tierra o ejercían los oficios manuales, algo mucho más difícil de encontrar en la mitad sur del país, donde constituían en general un conjunto notablemente más privilegiado y con una posición económica y social más elevada.
Finalmente tengamos en cuenta que la hidalguía reportará un beneficio añadido para conocer la historia familiar; los litigios que pudieron entablarse o las pruebas de nobleza presentadas por estas familias en instancias como el ejército, la iglesia o la administración a lo largo de los siglos constituyen un recurso documental adicional y muy valioso desde el punto de vista genealógico.
Antonio Alfaro de Prado

N.B.ACLARACIÓN TECNICA ACERCA DE LA ESTIMACIÓN DEL NÚMERO TOTAL DE HIDALGOS
Inexplicablemente, la errónea contraposición entre el número de vecinos hidalgos y el total de la población censada en 1787 ha dado lugar a que muchos autores manejen cifras y porcentajes distorsionados. El caso más evidente es el de Vizcaya donde se ha estimado que, considerando los 54.250 vecinos hidalgos sobre un total de 114.863 habitantes,  puede concluirse que sólo el 47% de los vizcaínos gozaban de hidalguía, lo cual es totalmente incoherente con la universalidad de este privilegio para el territorio. Las propias plantillas del censo en Vizcaya reflejan que no había distinción de estados en las poblaciones por cuanto todo residente debía ser y era hidalgo.
No obstante, este problema sí es puesto de manifiesto por el catedrático Germán Rueda [España 1790-1900: sociedad y condiciones económicas, Ediciones Istmo 2006] quien estima que a los casi 500.000 vecinos hidalgos hay que añadir las personas dependientes, por lo que, afirma, se alcanzaría la cifra final de dos millones de hidalgos, un 13% del total (cálculo que nos resulta confuso puesto que dos millones de hidalgos respecto a los diez millones de habitantes supondrían en realidad un 20% del total). Establece por tanto un ratio de 4 personas por cada vecino hidalgo, cifra aparentemente razonable para los padrones de la época, pero que sin embargo sabemos que no es aplicable al caso de Vizcaya donde la relación real no puede ser superior a 2,11 personas por cada cabeza de familia, alcanzando con ello al 100% de la población.
Pero es más, en las siguientes tres principales provincias en cuanto a número absoluto de hidalgos podemos constatar que el ratio tiene que ser notablemente inferior al mencionado de 4 personas/vecino hidalgo. En Guipuzcoa no podría sobrepasar en ningún caso la relación de 2,35 personas/vecino hidalgo ya que esta cifra sería la máxima para abarcar a toda la población. Y si aplicamos este mismo cálculo a Burgos y Asturias observaremos que el tope respectivo sería de 3,43 y de 3,02 personas/vecino hidalgo lo que reflejaría una hidalguía universal que evidentemente no existía en estas dos provincias. Por tanto, si en las  cuatro provincias que aglutinan al 75% de los hidalgos, resulta totalmente inaplicable  la estimación de 4 personas/vecino hidalgo, podemos afirmar que la estimación debe ser revisada sensiblemente a la baja.
Resulta más prudente aplicar el coeficiente 2,11 personas/vecino hidalgo según el valor fiable que nos muestra Vizcaya y cuya extrapolación también resulta coherente cuando se aplica a las otras tres grandes provincias en cuanto a hidalguía. Considerando, eso sí, que estamos manejando un promedio, por lo que obviamente no será idéntica la cuantificación en cada lugar, pero las oscilaciones tendrán que ser de menor importancia sin alterar significativamente el mapa de distribución de la hidalguía que hemos trazado ni la estimación de un 10% de población hidalga en España para 1787.



España en mapas (II): La concentración de los archivos parroquiales


Habiendo considerado los libros parroquiales como la principal fuente de investigación para el genealogista, la siguiente cuestión es determinar dónde se encuentran éstos, ya que desde 1973 se ha puesto en marcha un proceso, aún no finalizado, de concentración de los libros parroquiales en los archivos diocesanos correspondientes. Y no solo de estos libros sino de toda la documentación histórica que supere los cien años.
Surgido todo ello a partir de una recomendación inicial de la Conferencia Episcopal, se plasmó en el Reglamento de los Archivos Eclesiásticos Españoles (1975). Su artículo 4.3 dispone que “los libros parroquiales y la documentación con más de cien años de antiguedad, conservada en estos archivos [parroquiales], serán transferidos en la forma que se establezca por el Obispo“. Es ésta última salvedad, según disponga el Obispo, lo que ha dado lugar a que cada diócesis haya puesto en marcha, o no, el proceso con notables diferencias operativas y de calendario.
¿Por qué concentrar? Tanto los responsables de los archivos eclesiásticos como los investigadores tenemos claras las ventajas que la concentración implica. Miles de pequeños archivos dispersos y sin personal específico suponen evidentes riesgos de deterioros, robos y pérdidas, a lo que se suma la dificultad para ser consultados. Centralizados se puede producir una custodia y mantenimiento más eficiente, una gestión avanzada y ofrecer un servicio de consulta estable.
¿Por qué ha generado rechazo en algunos casos? En primer lugar porque el traslado supone una indudable merma del patrimonio documental de las poblaciones. También hay ocasiones, las menos, en que los archivos locales se encuentran bien acondicionados y por tanto no presentan los riesgos de conservación que justifiquen su traslado. A estos motivos, legítimos, se puede añadir también otro espúrio y es que el anuncio de traslados suele atraer a quienes por motivos políticos o ideológicos pretenden obtener réditos defendiendo unos archivos que nunca resultaron de su interés.
Gran parte de estas controversias podrían cesar o mitigarse si se ofreciera una alternativa viable hoy en día como es la digitalización de los fondos. Técnicamente posible, no se contempla en muchos casos por motivos económicos. Esperemos que el exitoso recurso al micromecenazgo por parte del arzobispado de Tarragona constituya un precedente que tenga eco en otras diócesis. O bien que se autorice la financiaciación por parte de terceros, como ya se produjo en diferentes casos tanto por parte de entidades publicas (por ejemplo para las diócesis vascas) o privadas (esencialmente FamilySearch, que ha microfilmado y digitalizado varias diócesis españolas).
Veamos a continuación un mapa, de elaboración propia, que nos muestra cual es la situación del proceso en la actualidad (2014). Se han establecido tres situaciones posibles de concentración: SI, ALGUNOS y NO. Las diócesis señaladas como SI han completado el proceso o tan solo faltan escasas parroquias por ser trasladadas. ALGUNOS se aplica a las diócesis que cuentan ya con un número significativo de libros parroquiales trasladados pero que aún distan de completar el proceso. En cuanto al NO se trataría de las diócesis que no iniciaron el proceso, aunque puedan contar puntualmente con algunos fondos parroquiales, pocos, depositados por diversos motivos.
mapa concentración diócesis

ObispadoConcentradosObservaciones
AlbaceteSIDigitalizados en Familysearch
Alcalá de HenaresNO
AlmeríaALGUNOSEn proceso de concentración
Asidonia-JerezALGUNOS
AstorgaSI
AvilaSIDigitalizados en Familysearch
Barbastro-MonzónALGUNOS
BarcelonaALGUNOSAlgunas parroquias digitalizadas en FamilySearch
BilbaoSIÍndice online en su web y en Badator
BurgosSICasi al completo
Cádiz y CeutaNO
Calahorra y La Calzada LogroñoSICasi al completo
CanariasALGUNOSConsultables en sala las parroquias no trasladadas
CartagenaNODigitalizados en Familysearch
Ciudad RealNODigitalizados en Familysearch
Ciudad RodrigoSIDigitalizados en Familysearch (clasificados como registros de Salamanca)
CórdobaNOAlgunas parroquias digitalizadas y consultables en sala, previa cita. Digitalizando parroquias
Coria-CáceresSIConsulta de microfilms en sala, acceso restringido en los centros de historia familiar. Copia también en la Biblioteca Marqués de la Encomienda (Almendralejo)
CuencaSI
GetafeALGUNOS
GironaSIDigitalizados en Familysearch
GranadaNO
GuadixNO
HuelvaNO
HuescaSI
IbizaSI
JacaALGUNOS
JaénALGUNOS
LeónSICasi al completo
LleidaALGUNOS
LugoSI
MadridALGUNOSConsultable en sala la digitalización de algunas parroquias
MalagaALGUNOS
MallorcaALGUNOS
MenorcaSI
Mérida-BadajozSIVetada la consulta en sala a los genealogistas. Microfilmados, consultables en los centros de historia familiar. Copia también en la Biblioteca Marqués de la Encomienda (Almendralejo)
Mondoñedo-FerrolSI
OrenseSICasi al completo
Orihuela-AlicanteALGUNOSEn proceso de digitalización para consulta en sala
Osma-SoriaSICasi al completo
OviedoSICasi al completo
PalenciaSICasi al completo
Pamplona y TudelaALGUNOSConsultable microfilmación de la mayor parte de la diócesis en sala, acceso previa reserva con restricciones. Sin embargo, Tudela y poblaciones cercanas consultables en el Palacio Decanal de Tudela.
PlasenciaSIConsulta de microfilms en el Diocesano de Cáceres, acceso restringido en los centros de historia familiar. Copia también en la Biblioteca Marqués de la Encomienda (Almendralejo)
SalamancaSICasi al completo
San SebastiánSIÍndice online en su web y en Badator
Sant Feliu de LlobregatALGUNOSEn proceso de digitalización
SantanderSIConsultable digitalización en sala y en Familysearch, con alguna laguna aún.
Santiago de CompostelaSI
Segorbe-CastellónALGUNOS
SegoviaNOConsultable digitalización en sala. También en Familysearch pero consulta restringida
SevillaNO
Siguenza-GuadalajaraSI
SolsonaALGUNOS
TarazonaALGUNOSLibros procedentes de parroquias pequeñas
TarragonaALGUNOSEn proceso de digitalización, accesibles algunos en su web
TenerifeNOConsultable microfilmación de toda la diócesis en sala
TerrasaNO
Teruel y AlbarracínSI
ToledoNO
TortosaNO
Tui-VigoSI
UrgellSI
ValenciaALGUNOSConsultable digitalización en sala
ValladolidSIConsultable en sala los índices de los libros realizados por Familysearch, disponibles también en esta web
VicSI
VitoriaSIÍndice online en su web y en Badator
ZamoraSI
ZaragozaALGUNOS
Arzobispado Castrense de EspañaNOEn su mayor parte se encuentran en el Archivo Eclesiástico Castrense de Madrid y Archivo del Museo Naval (Armada). Hay libros dispersos en diferentes parroquias de España
¿De qué dependerá el avance de la concentración? Esencialmente varias diócesis no han comenzado debido a las necesidades adicionales que requiere el proceso tanto de espacio como de personal. Las circunstancias económicas actuales son de hecho las menos propicias, por lo que prudentemente habrá que esperar a que haya las dotaciones necesarias, algo que puede requerir años. Por tanto, el mapa de la concentración podría no variar sustancialmente a corto y quizás medio plazo.
Y viene la cuestión final para los investigadores, ¿es preferible para nosotros la concentración? En general la percepción es muy positiva, tanto por las facilidades de acceso y consulta como por la ventaja de disponer conjuntamente de múltiples fondos. Algunos archivos se han visto sobrepasados por la demanda y precisan reservas con gran antelación, algún otro limita la estancia estableciendo un precio por hora de presencia en sala o fijando un máximo de libros consultables… pero son excepciones puntuales. La concentración ha supuesto una gran mejora para el investigador, tomando como referencia la dificultad media (y no digamos el coste) que implica la consulta de los archivos parroquiales en sus propias iglesias.
Señalar no obstante, como excepción a la sintonía general, el colapso del Archivo Diocesano de Badajoz, que prohíbe a los genealogistas consultar los libros que concentró de forma apresurada recientemente. De hecho, tampoco ofrece en sala la copia microfilmada de éstos que conserva desde los años 80. Es un caso evidente del riesgo que supone una concentración no planificada; es mejor no realizarla cuando el destino de los fondos va a ser un archivo incapaz de gestionarlos.
Por último recomendar la consulta de la Guía de archivos de la Iglesia en España, con amplia información sobre los archivos y fondos parroquiales de todo el país. Editada en 2001, gran parte de la información continúa siendo válida, aunque requeriría una actualización, especialmente en lo relativo al proceso de concentración.
Antonio Alfaro de Prado
N.B. La elaboración del mapa y de la tabla se realizó a partir de informaciones propias, otras obtenidas online además de la aportación inestimable de los socios de HISPAGEN, pero obviamente no es un inventario cerrado ni definitivo.